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El abogado Guillermo Fernández, representante de la comisión vecinal de la compañía Zárate Isla, visitó nuestra redacción central para realizar la denuncia. Lo acompañó el poblador de la zona Hugo Ovelar, quien dijo que la situación de insalubridad afecta directamente a unas 150 familias de Zárate Isla y de la vecina compañía Ykua Karanda’y.
Comentaron que desde el año 2015 vienen presentando denuncias por delito ambiental en la Municipalidad de Luque (administrada ahora por Carlos Echeverría, colorado cartista), y que en mayo hicieron lo mismo ante la fiscalía especializada en delitos ambientales y en el actual Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (exSeam).
Afirmaron que desde los mataderos Tío Kelé (de Eugenio Trigo) y J&M, de la familia Maidana, arrojan desechos no tratados a un arroyo del lugar, además ahí se juntan moscas y hay cientos de cuervos en los alrededores. Asimismo, el hedor es insoportable, refirieron.
Fernández mencionó que por estar a apenas ocho cuadras del aeropuerto internacional Silvio Pettirossi, los mataderos son un peligro mayor por la cantidad de cuervos que juntan. Estas aves carroñeras podrían entrar a las turbinas de las aeronaves y causar una tragedia, advirtió.
El fiscal Jalil Rachid realizó una intervención de los establecimientos, pero en el momento del procedimiento no encontraron irregularidades graves, según le informó a la comisión, explicó el abogado Fernández. Por su lado, Ovelar dijo que presumiblemente por efecto de la contaminación los pobladores, principalmente niños, presentan problemas en la piel y molestias estomacales.
El lugareño señaló que no pretenden el cierre de los establecimientos, sino que se les obligue a los responsables a adecuarlos a las leyes y cumplan las medidas de mitigación del impacto ambiental.
Hace una semana, agregó el ciudadano, el fiscal Rachid dijo que desde el Ministerio Público se están realizando todos los procedimientos pertinentes. Comentó que efectuaron las intervenciones en el sitio y que constataron algunas irregularidades, y que por ello el matadero J&M tiene un requerimiento de suspensión condicional de procedimientos, mientras que en el caso del matadero Tío Kelé aún estaba aguardando el informe técnico.
Asimismo, Ovelar expresó que las faltas en las que incurren estas empresas pueden ser subsanadas, pero que para ello se necesita la intervención de la Municipalidad, que no se constituyó en el lugar pese a las denuncias presentadas desde el año 2015.