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Escolástico Báez, de la compañía Cerro Pé, tiene 97 años y también es viudo. Con su esposa Faustina Ayala, tuvo 7 hijos; Simeón Martínez Villalba, del barrio Calixtro, tiene 96 años y vive con su hija Manuela Martínez. Estuvo casado con María Ana Páez, pero enviudó.
Pedro Torres Santacruz (99) vive en Ndavarú, con su esposa Isabel Armoa de 87 años. Está ciego desde hace unos 10 años; Toribio Alvarenga, 100 años, vive en el barrio San Vicente, 11 hijos, estuvo casado con Evangelista Cuéllar. Vive con su hija Gladys Alvarenga. Tiene mal de Parkinson, hernia, atrofia cerebral, camina solo apoyado de un bastón. Él administra su dinero y lleva la contabilidad de sus gastos.
Entre otros excombatientes que siguen vivos y que aguardan una mejora en la pensión figuran José María Arce (98), de Beni Loma y Silvano Benítez (99), exguerreros de la contienda chaqueña de la comunidad de Aguai’y.