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LUQUE (Arnaldo Espínola, corresponsal). Alfredo Morínigo cuenta con 25 hectáreas de cebolla en un predio ubicado en Margariño, Chaco paraguayo. Indicó que está obteniendo una producción récord de 40.000 kilos por hectárea; tiene 200.000 kilos en su depósito ubicado en Luque y en la chacra unos 800.000 kilos.
Para la producción de cebolla en el Chaco está empleando directa e indirectamente a unas 150 personas, en su mayoría indígenas, según señaló.
Morínigo indicó que Juan Villasboa se acercó a su depósito ubicado en Luque y que está repleto de cebolla. “Nos ofreció G. 2.250 por kilo y le dijimos que no podíamos vender a ese precio porque estaba por debajo del costo”, indicó.
Agregó que en ese momento una cadena de supermercados le compró a G. 4.500 por kilo, considerado un precio justo y razonable, explicó el productor. Indicó que estaban conformes con la primera venta, pero luego ya nadie les quiso comprar porque el mercado estaba abarrotado de cebolla argentina de pésima calidad, pero que se vende a precio de primera calidad.
A razón de 4.500 el kilo, una bolsa de 20 kilos cuesta G. 90.000.
Juan Villasboa le dijo que “así como tenés vas a tirar tu cebolla porque vamos a llenar el mercado de cebolla argentina”. En otro contacto le menciona que le llegaron 1.500 bolsas de los 3.000 que va a recibir desde Salta.
Siguiendo con la conversación, el importador le “invitó” al productor nacional a que pase por el Mercado de Abasto para aprender a ser comerciante. En el último mensaje de texto le señala que de las 3.000 bolsas de cebolla “ya vendí casi 1.200 bolsas anoche”.
El productor Alfredo Morínigo dijo que al principio no le creyeron al importador cuando amenazó con “llenar el mercado paraguayo de cebolla argentina”.
Morínigo se mostró muy afectado por el masivo contrabando de hortalizas, mientras él no puede vender sus productos por más de que sean de primera calidad.
Morínigo lamentó la falta de apoyo del Gobierno a los productores locales de hortalizas. En su desesperación, el productor se acercó a pedir ayuda a los organismos encargados de ejercer el control para evitar el contrabando (Dirección de Aduanas, Policía Nacional, Ministerio de Industria y Comercio), pero nadie le hizo caso.
Tratamos de hablar con Villasboa para ahondar en el contenido de los mensajes enviados a Morínigo, pero no respondió nuestras llamadas a su cular.