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Mareco Gómez sostuvo que mientras lo mantuvieron en cautiverio permaneció atado a un árbol y que lo torturaron.
Añadió que divisó una cantidad importante de armas de fuego y escuchó decir a los indígenas que si los policías intentaban entrar al asentamiento, ellos responderán. Esto acentúa el riesgo de enfrentamiento.
Los nativos de los asentamientos Fortuna y Cerro Pytã’i invadieron hace tres meses una parte de la propiedad ubicada en Corpus Christi, pero fueron desalojados del sitio mediante una diligencia policial-judicial. La comitiva procedió a derribar las precarias casas y a quemar todo lo que había en el lugar. Los nativos anunciaron que retornarían.