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A la vera del camino que conduce a la compañía Naranjaisy se observaban caravanas de fieles de distintas edades que visitan la capilla local. Muchos llegan para pedir sanación de algún mal y otros a agradecer por los favores recibidos. Varios testimonios de fe y de vida se han escuchado en los últimos años de gente que, inclusive, estaba postrada y volvieron a caminar gracias a la madre de Dios.
Según pobladores, la imagen venerada en la comunidad fue encontrada en un tacuaral por un poblador de la zona, hacia el año 1900. Estaba envuelta en un manto y por más de 20 años se tuvo en una casa particular de la familia de Leónida y Gerónimo Olmedo.
Con el paso de los años aumentaba el número de peregrinos, lo que obligó a construir una pequeña capilla al costado de la casa de la familia donde se la venera hasta hoy. Se estima que cada año llegan al lugar unos 50.000 devotos.