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A varias comunidades no se puede acceder por tierra, por lo que las familias se ven imposibilitadas de salir en busca de alimentos.
La mayoría perdió sus medios de vida, como las pequeñas parcelas de cultivo agrícola y animales menores. También carecen de agua potable debido a que los pozos quedaron contaminados a raíz de las inundaciones.
La administración departamental, a cargo del gobernador Pablo Contessi (PEN), informó que los lugareños precisan de la provisión de medicamentos para primeros auxilios, víveres, frazadas, colchones y carpas.
En la zona de Jerusalén, si bien las aguas ya bajaron, los lugareños quedaron sin posibilidad de contar con su sustento diario. Unas 128 familias requieren de víveres, colchones y frazadas, así como carpas para 10 grupos familiares.
La Cámara de Diputados declaró en emergencia al departamento y amplió el presupuesto de la Gobernación en G. 7.500 millones para afrontar las consecuencias de las inundaciones.