Acusó a los uniformados de extorsionar a los conductores de buses de turismo y dijo que en cada punto donde están ubicados los agentes, exigen el pago de 100 pesos argentinos (G. 68.000) y 50 reales (G. 100.000).
Entre la avenida Luis María Argaña y la zona primaria del Puente de la Amistad, los transportistas llegan a pagar hasta 300 pesos (G. 204.000), conforme a sus expresiones.
Pereira es empleada de la empresa Mar del Plata. La mujer dijo que “los argentinos ya están amenazando con no volver a Ciudad del Este, porque a cada paso que dan solo se les piden coima”.
La guía turística explicó que los funcionarios municipales cobran el monto mencionado para permitir a los ómnibus salir del microcentro, antes de las 13:00, horario establecido por disposición municipal. “Muchas veces, los turistas realizan todas sus compras para las 10:00 y a las 11:00 ya quieren emprender viaje de vuelta. Pero a los choferes de los buses, si no pagan los 100 pesos, se les prohíbe circular antes de las 13:00”, señaló.
Manifestó que a la salida del estacionamiento, donde pagan 300 pesos para permanecer, deben abonar 100 pesos a uno de los policías municipales apostados en el lugar. A unos metros de allí, enfrente del Shopping del Este, otro agente ya está esperando otros 100 pesos.
Luego, en la siguiente esquina, en la zona primaria del Puente de la Amistad, se le debe pagar coima, del mismo monto, a otro funcionario municipal, conforme a la denuncia.
La mujer identificó a uno de los supuestos extorsionadores como Nery López. Dijo que el lunes incluso se discutió con el policía municipal, porque “ya están cansados de pagar”.
Sumario
El concejal municipal Nery Jara (ANR) recibió la denuncia de la mujer. El edil dijo que la intendenta, Sandra McLeod de Zacarías (ANR), ya está informada de la situación y que dispuso “inmediatamente un sumario, además de ordenar el retiro de todos los policías municipales de los sectores mencionados por la denunciante”.
Sin embargo, hasta ayer la comuna no emitió ninguna comunicación oficial referente a la denuncia.
Este no es el primer caso, ya que a diario se escuchan quejas de este tipo en la zona, pero pocos se animan a formalizar sus reclamos.