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Pero tampoco explica la tan difícil situación de la mujer que llega al Chaco con dos criaturas en brazo, mientras su marido (a quien nunca más vio) había sido deportado por Stalin.
El libro no presta importancia al hecho de que los menonitas de Loma Plata llegaron por decisión propia al Chaco, mientras los de Filadelfia y Neuland inmigraron como refugiados de la Unión Soviética porque no tenían otra alternativa.
También cuestiona el título de una nota publicada por este diario por destacar la labor de los menonitas para el desarrollo del Chaco, sin mencionar que la misma publicación valora también el aporte de los indígenas en un párrafo titulado “Protagonistas silenciosos”.