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El primer departamento hasta hace algunos años era considerado como una región con mucha reserva boscosa, pero la tala indiscriminada iniciada a mediados de los años 90, sin contemplación, propicia la desaparición de las áreas de bosques. En los dos parques nacionales Paso Bravo y serranía San Luis operan impunemente los taladores que extraen en forma ilegal valiosos ejemplares de especies nativas que trabajan con poderosos traficantes de rollos que manejan el negocio desde la clandestinidad.
La presencia de la Secretaría del Ambiente (Seam) y del Instituto Forestal Nacional (Infona) es nula en la zona. Estas entidades deben velar por el cumplimiento de las normativas ambientales, como la Ley de Deforestación Cero que está vigente hasta el 2018.
El “boom” de la explotación maderera en Concepción se inició cuando personas que vivían en los departamentos de Caaguazú y Canindeyú trasladaron sus aserraderos a esta zona norte del país. Ahora, en las faldas de las serranías y dentro de la reserva, las bandas de deforestadores incluso instalan aserraderos clandestinos, donde operan con total impunidad.
Uno de los “emporios” era la entonces colonia San Alfredo, hoy convertida en distrito. Importantes cantidades de aserraderos ganaron el pequeño poblado que creció en forma acelerada gracias al “negocio de la madera”.
Otro sitio que fue “descubierto” por los madereros fue Paso Barreto, donde personas “foráneas” instalaron aserraderos. Un punto innegable es que estas operaciones irregulares generaron dinamismo en la economía de la zona, con lo que los “empresarios madereros” ganaron el silencio cómplice de la población.
Los parques nacionales Paso Bravo y serranía San Luis son los sitios favoritos de los traficantes de rollos para proveer a los aserraderos que funcionan en forma ilegal.
En varios procedimientos realizados por el Ministerio Público y la Seam, junto con militares y policías, se comprobó la tala indiscriminada, pero los responsables están libres de pena. En uno de los últimos procedimientos dentro del parque serranía San Luis, en agosto del 2012, las autoridades constataron que los traficantes de rollos invirtieron unos G. 500 millones para acondicionar caminos internos de la reserva para el desalijo de maderas de diferentes especies depositadas en distintas zonas del parque.
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