Cargando...
Los datos promocionados por Peña provienen de la Encuesta Permanente de Hogares Continua (EPHC) de 2024, donde se consigna que el porcentaje de la población total por debajo de la línea de la “pobreza monetaria” fue del 20,1%, inferior al 24,7% registrado en 2022, y, dentro de ello, el porcentaje por debajo de la línea de pobreza extrema fue del 4,1%, frente al 5,8% de hace tres años, todo lo cual es coherente con el ciclo de crecimiento económico posterior al fin de la pandemia.
Aunque las cifras oficiales siempre generan suspicacia, la EPHC es una fuente bastante confiable, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) con una metodología sólida, en línea con estándares internacionales. Las conclusiones que se quisieron extraer, sin embargo, no lo son.
En primer lugar, la última EPHC se realizó en junio del año pasado y el informe aludido corresponde al período 2022-2024, con lo cual solo una parte del mismo se refiere a este Gobierno. El presidente dijo, y luego insistió en que “lo podía demostrar”, que 270.000 personas salieron de la pobreza en lo que va de su mandato. El propio director del INE, Iván Ojeda, tuvo que salir a aclarar que el número de personas que superaron la línea de la pobreza entre agosto de 2023 y junio de 2024 fue de 117.940, una “pequeña diferencia” de 152.000 con lo que afirmó el mandatario.
En segundo lugar, los números absolutos no son comparables con encuestas anteriores, por la sencilla razón de que a partir de 2022 se hizo un fuerte ajuste de las proyecciones conforme a los datos obtenidos en el censo, que constató que la población real del Paraguay es de un millón de habitantes menos de lo que se pensaba, aproximadamente de 6.400.000 en 2024. Eso significa que anteriormente los números proyectados en las encuestas estaban muy inflados y cualquier comparación en esos términos es engañosa.
En tercer lugar, el Gobierno intentó sugerir que la reducción de la pobreza se debe a sus políticas sociales, en particular al programa Hambre Cero, que extendió la provisión de almuerzos escolares. Esto no tiene mucho sentido porque la encuesta se realizó a mediados del año pasado y solo este año dicho programa comenzó a ejecutarse de manera completa. Pero, al margen de ello, está comprobado que los subsidios estatales tienen un impacto poco significativo en los niveles de pobreza.
El mismo INE realiza una simulación según la cual la pobreza total, del 20,1% de la población, sería del 20,5% sin el programa Tekoporã, del 21,2% sin almuerzo escolar, del 22,5% sin las pensiones a adultos mayores, y del 24% sin ninguno de ellos, es decir, una variación máxima de 4 puntos porcentuales. Menos impacto aún tienen estos programas en la pobreza extrema, que se midió en 4,1% y sería del 6,6% sin ninguno de los planes.
De hecho, lo que demuestran estas estimaciones es que los programas sociales del Gobierno están muy mal focalizados. La encuesta calcula que hay 260.000 indigentes a quienes no les alcanza para comer y son los que más ayuda necesitan. En contrapartida, el Estado distribuye alrededor de 500.000 subsidios regulares y si a eso se suman los almuerzos escolares universalizados se llega a aproximadamente 1.500.000. Si estas asistencias estuvieran mejor utilizadas se tendría que erradicar la pobreza extrema del país.
La pobreza en el Paraguay es todavía alta, afecta por lo menos a un quinto de la población, y eso es solo considerando el ingreso mínimo necesario para una canasta de consumo muy básica, pero era del 57,7% en 2002, hace poco más de veinte años. La importante reducción se produjo porque, en ese lapso, el producto interno bruto (PIB) creció alrededor de 100% en términos reales. Está bien que el Gobierno identifique el combate a la pobreza como una máxima prioridad, pero para eso de nada servirán las autoalabanzas. Se debe mejorar la eficiencia estatal, minimizar la corrupción y el derroche, asegurar que la ayuda llegue realmente a los más vulnerables y, fundamentalmente, realizar reformas para eliminar cuellos de botella y elevar la productividad y el potencial de crecimiento de la economía nacional.