Debe ponerse fin a las costosas excursiones a costa del contribuyente

Tras la remisión de la pandemia, los legisladores y los “servidores públicos” han reanudado con entusiasmo sus costosas excursiones para conocer el mundo a expensas de los contribuyentes. Si en 2020, los gastos de pasajes y viáticos llegaron a 3.090.691.560 guaraníes, en 2021 ascendieron a 22.560.589.215, y ¡este año ya se derrocharon 34.720.212.347! Al exceso del personal público, que absorbe el 74% de la recaudación tributaria, se suman el latrocinio y el malgasto en general en la administración pública. Se trata de una tomadura de pelo muy costosa para una población cada vez más alejada de la opulencia, la mayor parte sin poder hacer ni turismo interno.

Cargando...

Tras la remisión de la pandemia, los legisladores y los “servidores públicos” han reanudado con entusiasmo sus costosas excursiones para conocer el mundo a expensas de los contribuyentes y de sus respectivas funciones. Si en 2020, los gastos de pasajes y viáticos llegaron a 3.090.691.560 guaraníes, en 2021 ascendieron a 22.560.589.215, en tanto que ¡este año ya se derrocharon 34.720.212.347! ¡Una barbaridad! Al exceso del personal público, que absorbe el 74% de la recaudación tributaria, se suman el latrocinio y el malgasto que existe en general en la administración pública, para que el déficit fiscal roce el 4% del PIB.

En lo que va de 2022, el ministro de Industria y Comercio, Luis Alberto Castiglioni, se está llevando la palma, por haber creído necesario ausentarse del país durante un total de 50 días, para visitar Emiratos Árabes Unidos (dos veces), Qatar, China, España, Argentina, Estados Unidos, Brasil y México. Es raro, pero ni siquiera su colega de Relaciones Exteriores, Julio Arriola, ha estado fuera tantos días: solo 38 desde que asumió el cargo en abril. También la ministra de la Mujer, Celina Lezcano, se viene destacando por su afición al turismo a costa de la gente, ya que estuvo allende nuestras fronteras durante 37 días, conociendo Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Argentina (dos veces), Panamá y Perú; cabe preguntarse por qué integró la comitiva presidencial para visitar el primero de estos países, donde no tenía mucho que aprender en cuanto a los derechos de la mujer.

Es sabido que a los legisladores les encanta conocer otras latitudes, por cualquier pretexto. En años anteriores salió a luz que no eran las necesidades legislativas las que impulsaban estos viajes, sino que agencias turísticas enviaban los informes de reuniones a realizarse en lugares turísticos y, por supuesto, aparecían los candidatos a asistir. Los temas y los candidatos a viajar y sacar algo provechoso tampoco tienen relevancia. Por ejemplo, en abril de este año, el diputado Julio Enrique Mineur (PLRA) asistió en Viena (Austria) a la Primera Conferencia Internacional de Derecho Nuclear, siendo destacable que no es abogado ni físico nuclear, sino licenciado en relaciones internacionales en un país sin plantas nucleares. El caso recuerda a sus pares Jorge Baruja (ANR), que en 2014 viajó a Cancún (México) para participar en un Congreso Mundial de Menopausia, y Purificación Morel (ANR), que ese mismo año asistió en Ibagué (Colombia) al “18° Congreso internacional de Misericordia”. El impresentable hoy exdiputado Carlos Portillo (PLRA) ni siquiera viajó a una reunión en Las Vegas, para lo cual había cobrado el viático.

Normalmente, la población que costea los vuelos y las estadías no obtiene ningún beneficio. En efecto, el bienestar de la generalidad de los paraguayos no fue afectado porque los viajes al exterior hayan disminuido en 2020 debido a la pandemia; las paraguayas, en general, no ganaron nada con los desplazamientos de la ministra Lezcano, dos años más tarde. Así es, nada beneficioso. Todo turismo gratis... para los viajeros.

Los respectivos organismos deben dar cuenta, vía internet, de los viajes financiados con fondos públicos, incluyendo beneficiario, destino, objetivos del viaje, fecha de realización y montos asignados para viáticos, incluyendo un informe final de la misión, so pena de que sus autoridades sean castigadas con multa. Pero da lo mismo. A nadie le interesa, nadie hace un seguimiento si lo aprendido se aplicó o no.

Es necesario poner coto a este derroche insultante, opuesto a los principios de racionalidad, austeridad y disciplina presupuestaria. En concreto, hay que reducir drásticamente los fondos destinados a las excursiones para solaz de ministros, legisladores y funcionarios. Estos señores ya tienen privilegios más que suficientes como para que, además, haya que financiar sus viajes de placer, que en eso consiste, casi siempre sin provecho alguno para quienes los solventan.

Se trata de una tomadura de pelo muy costosa para una población cada vez más alejada de la opulencia, la mayoría sin poder hacer ni turismo interno.

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...