Se debe recuperar el dinero que se embolsó el Covax

El Gobierno está buscando una “rescisión amistosa” del acuerdo firmado en octubre de 2020 con el Mecanismo Covax, de la OPS y la OMS, según el cual, Paraguay debía recibir, a 9 dólares cada una, 4.279.800 dosis de vacunas contra el covid-19, pero solo recibió 1.093.200 y con sumo retraso, pese a que había dado un anticipo de 6.847.680 dólares. Las primeras 36.000 dosis del Covax arribaron recién en marzo. El exministro Carlos Morínigo llegó a afirmar que el Mecanismo mintió y que “nadie dice ni hace nada”, en tanto que el presidente Mario Abdo Benítez reconoció que “Covax no funcionó”, pese a lo cual, esta es la hora en que el dinero pagado en exceso no ha vuelto al erario.

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El Gobierno está buscando una “rescisión amistosa” del acuerdo firmado el 1 de octubre de 2020 con el Mecanismo Covax, de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según lo acordado, el Paraguay debía recibir, a 9 dólares cada una, 4.279.800 dosis de vacunas contra el covid-19, pero solo recibió 1.093.200 y con sumo retraso, pese a que había dado un anticipo de 6.847.680 dólares. El incumplimiento no justificado, del que ya se hablaba a fines de 2020, obligó al Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social a recurrir a donaciones, especialmente del Gobierno estadounidense y de entidades privadas, así como a otros contratos que conllevaron gastos adicionales, como las dosis adquiridas en febrero de 2021 al Fondo Ruso de Inversión Directa y aplicadas al personal sanitario, tras la promulgación de una ley que permitía la compra de vacunas mediante contratos bilaterales. Las primeras 36.000 dosis recibidas del Mecanismo arribaron recién en marzo.

Dado que en abril de este año ya eran innecesarias las no entregadas por culpa del Mecanismo, el ministro Julio Borba anunció que se rescindiría el acuerdo en forma amigable y que se reclamarían 5.670.990 dólares, una vez descontados del anticipo el valor de las dosis recibidas y agregados los costos de envío de los dos cargamentos recibidos. Esta es la hora en que nada se sabe de la respuesta del Mecanismo a la rescisión de lo convenido por el exministro Julio Mazzoleni ni de la devolución de los fondos. El 31 de julio último, el asesor jurídico del Ministerio, Gustavo Irala, dijo que los representantes del Covax darían una respuesta definitiva “en un mes como máximo”, luego de que concluya sus negociaciones con los laboratorios farmacéuticos, de los que ya habría adquirido las vacunas que iban a ser destinadas al Paraguay. Según dicho asesor jurídico, “hay un reconocimiento por escrito de los fondos disponibles”, es decir, de los entregados inútilmente por nuestro país. Hay que insistir en la necesidad de que la suma pagada sin entrega de contraparte sea devuelta.

El referido argumento dilatorio revela que sería inaplicable la abusiva “prima de acceso” prevista en el acuerdo, esto es, la parte irrecuperable de lo pagado antes del otorgamiento de licencias para acelerar la fabricación o el acceso seguro de una vacuna; en otras palabras, una parte del anticipo iba a perderse, “pues algunas vacunas no tendrán éxito”. Como las dosis recibidas por el Paraguay, con mucha demora, fueron exitosas y que el propio Mecanismo confiesa haber hecho más compras, es evidente que la “prima de acceso” resulta inaplicable. Su rotundo fiasco, del que han sido víctimas unos 150 países, hizo que la campaña de vacunación se retrasara y que, por tanto, el Paraguay registrara 15.000 decesos a mayo de 2021, una de las peores cifras a nivel mundial, dada su población; de hecho, era el tercer país sudamericano con el menor índice de vacunación. Ese mismo mes, el exministro Carlos Morínigo llegó a afirmar que el Mecanismo mintió y que “nadie dice ni hace nada”, en tanto que el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, se limitó a decir, en julio, que “Covax no funcionó”. El Ministerio competente se tomó ocho meses para hablar de la “rescisión amistosa” y esta es la hora en que el dinero pagado en exceso no ha vuelto al erario.

Aunque ya no estarán con nosotros los fallecidos porque el Mecanismo no entregó a tiempo ni con suficiencia las dosis ya adquiridas, es imperioso recuperar, al menos, todo lo abonado en demasía. Si la demorada respuesta del Mecanismo fuera insatisfactoria, la Procuraduría General de la República tendría que recurrir a las instancias internacionales, quizá de común acuerdo con otros países tan perjudicados como el nuestro, para obtener la reparación del daño financiero causado por la ineptitud de una plataforma mundial que pretendía garantizar el acceso equitativo a la vacuna contra el coronavirus y solo ha provocado un descontento general particularmente en los países en vías de desarrollo. La OMS no debe ser cómplice en el engaño sufrido por sus propios miembros, sobre todo por los más pobres.

Pero conociendo cómo se manejan las cosas en nuestro país, no puede descartarse que las “negociaciones” vayan a durar un año más sin que nada ocurra, que los responsables del actual Gobierno vayan a sus casas y que quienes vengan en su reemplazo se laven las manos diciendo que no es su responsabilidad. Así tendremos otro metrobús: el dinero se esfumará como el alcanfor, y no habrá responsables.

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