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Cualquier institución estatal, llámese Fiscalía, Contraloría, Justicia Electoral, o ente regulador, como Conatel, Erssan, o empresa como ANDE, Petropar, INC o Copaco no están libres de la politiquería debido a presiones que ejercen los poderes fácticos, cuyos resultados son las desviaciones y distorsiones de sus verdaderos fines, sostiene Samaniego.
Agrega que, debido a esa politiquería, en el sector eléctrico hay un marco jurídico obsoleto y desordenado, que impide que las instituciones sean eficientes o eficaces.
“A mediados del siglo pasado, la estructura del sector eléctrico se caracterizaba por empresas verticalmente integradas -generación, transmisión, distribución- generalmente de propiedad del Estado. Actualmente la actividad del sector es en el ámbito privado, aunque puede ser llevada a cabo por empresas estatales, habiendo una clara separación, aunque sea contable, entre la generación, la transmisión y la distribución, y apareciendo un nuevo actor: el comercializador”, explicó Samaniego. En el presente, en el Paraguay existe un desorden, puesto que cada institución del sector, sea ANDE, Yacyretá o Itaipú, se administra como feudos totalmente independientes, con muy poca relación entre sí y respondiendo a intereses de grupos sectoriales, antes que los nacionales. “Claro ejemplo se tiene con la necedad de la propuesta de la cogestión y de la clarificación de las cuentas en las negociaciones que se están llevando a cabo en Yacyretá”, dijo el especialista.
En el caso de la ANDE, esta cumple un doble rol, es juez y parte, ya que es regulador y comercializador de la electricidad, con lo cual se obstaculiza o se pierde objetividad ante cualquier reclamo que se quiera hacer al respecto del suministro eléctrico, añadió.
“Es indudable que hace falta una reforma del sector energético, que dé una adecuada orientación a la actividad, no solo con un nuevo marco jurídico y creando nuevas instituciones como el Ministerio de Energía o un Ente Regulador, como un mero gatopardismo, cambiar para que todo siga igual; sino que también se proporcione un cierto blindaje ante la contaminación política, que es la madre de todos los males y perjuicios. Para ello solo falta decisión política”, concluyó el especialista.