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En el caso con PDVSA, el pueblo paraguayo carga con una feroz deuda de casi US$ 300 millones, por la adquisición de combustibles que en su momento fueron pagados al contado por el consumidor.
Actualmente, el país está en ascuas y expectante de lo que sucederá con el ultimátum dado por la controvertida Venezuela, con un gobierno absolutamente impredecible y que puede hacer cualquier cosa, como por ejemplo que nos ingresen en el “informconf” mundial y quedar ante todos como un país moroso y poco serio con sus compromisos internacionales.
La responsabilidad en este tema es absolutamente de todos los últimos gobiernos, empezando por el de Nicanor Duarte Frutos, quien fue el que firmó el acuerdo y empezó con las primeras deudas, pasando por el gobierno de Fernando Lugo, que “perfeccionó” lo dejado por Duarte Frutos y multiplicó el pasivo con Venezuela, con varios hechos de corrupción que fueron denunciados en su momento en el marco de estas operaciones.
También son responsables los siguientes gobiernos, como el de Federico Franco, en el que no se cumplieron los plazos de pagos comprometidos, así como el actual, que no logró honrar un solo dólar de la cuantiosa deuda.
A la ciudadanía le importa muy poco que se hayan ido supuestamente “siete o diez veces a Venezuela” para tratar de resolver el problema, porque se sabe que muchos de estos desplazamientos más bien se convirtieron en viajes de placer, de muy poca seriedad en los planteamientos de pagos por parte del Gobierno paraguayo.
