¿Acaso sería interés personal o de mi país que no se instalara Alcan?
Acá me gustaría hacer algunas aclaraciones. En febrero de 2012 recibí una propuesta financiera de otra fundidora de aluminio de São Paulo.
La propuesta era de US$ 150.000 para intermediar la instalación de una unidad de esta empresa en territorio guaraní. Sería más pequeña, pero de gran consumo energético.
Mi respuesta la di el mismo día. No me interesa este proyecto, pues no beneficiará en nada al Paraguay (copia del correo entre el consultor de esta fundidora y nosotros está en ABC Color).
Esta introducción es importante porque la instalación de RTA es benéfica no solo a Brasil, como país, sino también para mí, pues traerá un marco jurídico para la venida de otras empresas iguales, ya que la Constitución paraguaya prohíbe los monopolios, abriendo de esta forma las puertas para que otras empresas iguales vengan a instalarse.
Entonces, ¿por qué no aceptamos la propuesta? ¿El tipo está loco? ¿No le gusta el dinero?
No soy rico. Quiero aclarar que este dinero me vendría muy bien. La cuestión central es que no se puede vender el alma, a lo mejor, el gran sueño de una vida, por ningún valor.
Y mi gran sueño es ayudar al Paraguay a que se torne un país desarrollado. Hacerlo un ejemplo de desarrollo para los demás países latinoamericanos. Porque se puede, y no hay ningún otro país del continente con condiciones tan propicias para lograrlo.
Estudio desarrollo desde mis 12 años, y ya pasaron tres décadas especializándome, principalmente en el desarrollo paraguayo, en comparación con otros países.
Rehaciendo el PIB guaraní
Los primeros 21 años, de 1983 a 2003, me di al trabajo de rehacer, con inversión propia estimada hoy en alrededor de US$ 2 millones, el Producto Interno Bruto paraguayo.
El motivo era que el Banco Central del Paraguay no hacía el cálculo del PIB como correspondía, tanto a nivel metodológico como a nivel da base de datos, porque el único censo económico nacional había sido realizado en 1965.
A través de estudios, base de dados propia y reanálisis de cientos de documentos, publicamos, en 2004 y 2005, por la Editorial y Librería El Lector, dos libros, que comprobaban que el PIB paraguayo estaba subestimado entre 50% y 60%.
“Paraguay: un milagro americano” de 2004, con reedición en 2005, y “El sinceramiento de la economía paraguaya”, en 2005. De este último trabajo entregué el original a los responsables de Cuentas Nacionales del BCP en la época. Fue la primera publicación que traía las Binacionales incluidas dentro del PIB paraguayo.
Probamos, por todos los medios, que Paraguay había sido el país de más alto crecimiento económico de América Latina entre 1972 y 2001, con un promedio de alrededor de 7,2% anual.
En aquella época, ABC Color fue el primer vehículo de comunicación que nos abrió las puertas para aclarar la situación a través de una serie de artículos.
Finalmente, en 2012, la Dgeec hizo el 2º Censo Económico Nacional, en el cual los resultados preliminares confirman nuestro trabajo.
El PIB guaraní es al menos el doble del oficial
Como mostraremos en el siguiente artículo, utilizando los primeros resultados del Censo, el PIB paraguayo estaría, en 2010, entre US$ 44.000 y US$ 49.000 millones, más del doble del oficial.
Y su renta per cápita, para aquel año, entre US$ 7.500 y US$ 8.300.
¿Qué tiene que ver este hecho con la instalación de RTA? Todo. Diversos mitos se construyeron en la sociedad paraguaya por la desinformación ocasionada por el subregistro del PIB.
Planificación gubernamental y privada son hechos con base en los datos del BCP, por lo tanto, basados en mitos, y en consecuencia, sin cualquier resultado positivo.
Proyectos electorales, y justificativas para atracción de inversiones, como la de RTA, se basan en el mito del bajo crecimiento económico y una equivocada matriz de producción.
Son estos mitos que desde ahora estaremos deconstruyendo, una vez más, con apoyo de ABC Color.