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PILAR (Clide Noemí Martínez, corresponsal). Unos tres kilómetros y medio de trabajos de base y siete kilómetros de carpeta asfáltica quedan para recuperar totalmente el asfaltado en el tramo Pilar-San Ignacio. La reconstrucción de la Ruta IV Gral. José Eduvigis Díaz concluirá el próximo mes, con lo que se garantizará seguridad y transitabilidad en el acceso a la capital del Ñeembucú, aseguraron responsables de la empresa constructora.
El ingeniero Francisco Griñó, de la empresa T&C, afirmó que si no se registran precipitaciones excesivas, las tareas previstas finalizarán en unos 15 días más. Mencionó que actualmente se trabaja en lo referente a señalizaciones y barandas, y que considerando que la altura de la ruta se ha elevado, han solicitado al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) que se habilite la colocación de más barandas para seguridad de los automovilistas.
Explicó que esta obra es compleja por la particularidad del terreno del Ñeembucú, por lo que los proyectos viales a ser ejecutados en el duodécimo departamento deben incluir siempre la instalación de numerosos puentes y alcantarillas, para permitir el escurrimiento del gran volumen de agua que se acumula en los meses de lluvia.
Recordó que las tareas de reconstrucción no fueron fáciles y estuvieron a punto de paralizarse por la demora en la toma de decisiones.
Significó que durante estos años han incorporado aproximadamente 500 personas al trabajo, formando personal en la zona. Resaltó la apuesta de T&C al incorporar un número importante de mujeres a las tareas, mencionando que las mismas se destacaron por su responsabilidad y aplicación al trabajo.
Griñó aclaró que al concluir las tareas de reconstrucción, comienza la etapa de mantenimiento, que se prolongará por 5 años, tiempo en el que la constructora se encargará de conservar en buen estado la vía asfaltada.
Indicó que las tareas prioritarias en el próximo lustro serán la pintura, el corte del pasto, la limpieza de alcantarillas y el control de peso de los vehículos.
Subrayó la transcendencia del control para evitar el paso de vehículos con cargas excesivas, siendo los transportistas inescrupulosos los peores enemigos de la vida del asfalto.