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La actividad se llevó a cabo en el local de la Municipalidad local esta semana y participaron presidentes y miembros de comisiones vecinales de esta ciudad.
Los técnicos de Essap explicaron los beneficios que traerá el proyecto, porque detendrá las descargas directas de las aguas negras al arroyo San Lorenzo.
Actualmente, esta ciudad de 342.000 habitantes cuenta con 70 kilómetros de alcantarillado, con un área de cobertura de 600 hectáreas, que sirve a 21.800 habitantes, o sea al 19 por ciento de esta enorme población.
La obra demandará una inversión US$ 40 millones, que provendrá de un préstamo de US$ 110 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La ampliación de las redes cloacales y la nueva planta de aguas negras beneficiará en una primera etapa a 125.984 personas, y en una segunda alcanzará a otras 160.150 personas.
Los trabajos se iniciarían en marzo de 2016 y terminarán en 48 meses, informaron.