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Además, las señalizaciones y la iluminación por las noches son casi nulas, por lo que ya han ocurrido accidentes con daños materiales. La contratista y el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) hacen caso omiso a las insistentes quejas de pobladores y conductores y siguen sin mejorar la seguridad. Otra institución ausente es la ANDE, que no ha instalado alumbrados públicos en la zona a pesar de ser urbana.
A raíz de las obras, la ruta se ha reducido a la mitad en algunos sectores, por lo que una de las franjas, que antes era de doble carril para un mismo sentido, se redujo a una vía de doble sentido, aumentando el riesgo de choques frontales.
El Consorcio “Rutas del Este”, conformado por Sacyr (española), Mota Engil (Portuguesa) y Ocho A (paraguaya), tiene a su cargo el diseño, la financiación, la construcción, mantenimiento y operación de las rutas 2 y 7, por un lapso de 30 años.
La primera oposición al proyecto surgió en el distrito de Ypacaraí, donde se prevé una circunvalación, pero hasta la fecha el MOPC no ha indemnizado a las familias a ser afectadas.
Además, a la altura del km 45 se debe tomar una solución definitiva ante los accidentes de la zona. De realizarse un paso a desnivel, unas 600 familias salvarían sus viviendas. Los pobladores aseguran que una rotonda en este lugar solo aumentaría los riesgos de accidentes, teniendo en cuenta que en el área existen dos instituciones educativas.