Persistencia hasta alcanzar la excelencia

Tras culminar sus estudios secundarios, Cristina Kress viajó a Suiza para cursar la carrera de Economía, Administración y Derecho. Al año, una inesperada llamada cambió sus planes de estudiante. Fue así que en noviembre del 2007, a dos semanas de cumplir 20 años, Cristina Kress asumió la desafiante misión de liderar el grupo empresarial Kimex forjado por sus padres Heinfriel (+) y Beate Kress. A su joven edad y debido al retiro administrativo de parte de su madre de la compañía, Cristina quedó a cargo de todas las empresas del conjunto, entre ellas de Frutika.

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El estar rodeada de profesionales competentes en cada unidad de negocios contribuyó a que rápidamente tome la posta de la firma. “Mi mamá me asesoraba desde la casa porque yo no tenía ni la más pálida idea de cómo se manejaba el negocio”, subraya. Según cuenta, el que cada gerente y personal sea el mejor en sus puestos forjaron que el grupo se mantuviera.

Rememora que esta etapa fue difícil y a la vez simpática porque los grandes proveedores y clientes buscaban “al jefe” y no a ella. Con el tiempo logró consolidarse, lanzar nuevos productos y emplear a más colaboradores, que hoy alcanzan a las 300 en forma directa. “La persistencia es primordial para mejorar y compartir el éxito”, expresa.

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