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El viceministro de Transporte, Juan Encina Pérez; el coordinador del proyecto metrobús, Ing. José Tomás Rivarola, y el asesor jurídico del Viceministerio de Transporte, abogado Walter Insfrán, se reunieron ayer a la tarde con socios del Centro de Empresarios del Transporte del Área Metropolitana.
Los funcionarios presentaron el nuevo plan de transporte del gobierno de Horacio Cartes, que consiste en la renovación total de la flota de ómnibus metropolitana, la mayoría considerados “chatarras” porque sobrepasan diez años de uso, por un sistema integrado por unidades con aire acondicionado.
El viceministro explicó que sigue en pie el acuerdo que había sido suscrito entre el ministro Ramón Jiménez Gaona y el Cetrapam para que se cancele el paro del transporte –que se había planificado para el pasado 5 de agosto–, en el caso del crédito no reembolsable (subsidio) de US$ 30.000 para la compra de 500 ómnibus cero kilómetro. Se informó que sigue sin cambio el subsidio en efectivo de G. 100 por boleto sobre el costo oficial del pasaje, de G. 2.400.
MOPC viola acuerdo
Los socios del gremio de transportistas ayer informaron que el ministro Jiménez Gaona decidió modificar el proyecto de renovación de flota al agregar una nueva exigencia: que a partir del 2017 toda la flota –de unos 2.300 ómnibus– tienen que tener aire acondicionado. Los empresarios expresaron su molestia a Encina porque en el acuerdo suscrito no se establecía esta imposición.
Agregaron que el Gobierno repentinamente decidió cambiar de rumbo en política de transporte, sin estudio serio y violando el convenio inicial. El MOPC impuso su criterio de cambiar 500 buses, con subsidio, hasta diciembre de 2015, pero ahora pretende que las firmas luego compren unidades con aire.
El plan consiste en que, en un proceso de transición de 2014 a 2017, el servicio de transporte tenga tres sistemas: 1) Con ómnibus sin aire (servicio convencional cuyo pasaje es hoy G. 2.400 sin subsidio); 2) otro sistema “diferencial” con aire cuyo pasaje se calculó en G. 3.400 sin subsidio (pasajeros podrán viajar sentados o de pie) y 3) un servicio “ejecutivo”, cuyo pasaje sería de G. 5.000 sin subsidio, ya que los ómnibus no podrán llevar pasajeros de pie.
Los transportistas dicen que el proyecto está fuera de la realidad, ya que por un lado se pretende imponer a pasajeros un servicio de lujo y costoso, y por otro lado, no hay seguridad jurídica y las empresas no tienen capacidad económica. En un momento hubo fuerte discusión con el viceministro Encina, después este dijo que el proyecto está sujeto a revisión y negociación.