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Señala que en julio, empresas asociadas a Cappro agregaron valor a 371.861 toneladas de materia prima agrícola, 365.410 de las cuales corresponden a soja. Ambos volúmenes son inferiores a los del mismo mes de 2017. Apunta que la obtención de subproductos de la soja registra una reducción mayor a la del procesamiento, con una caída de 151.120 toneladas.
Cayó industrialización
En cuanto a la industrialización de la soja, expresa que el procesamiento alcanzó 2.174.946 toneladas hasta julio 2017. Comparando con las 2,3 millones de toneladas de 2015 y 2016, hubo una notoria disminución.
El informe refiere que la soja y sus productos derivados mantienen su preponderancia dentro del total de las exportaciones realizadas por nuestro país, representando al cierre de julio 2017 el 44% de las divisas generadas, levemente inferior a lo registrado entre enero y julio del año 2016. Entonces, se tiene de los US$ 5.244 millones ingresados a Paraguay por la venta total de productos al extranjero, US$ 2.289 millones corresponden al complejo soja. De ese monto, US$ 676 millones se generaron por la exportación de productos industrializados. En esta operación también la Cappro verifica una reducción en la participación de los productos procesados en la matriz exportadora, pasando del 33% al 30% entre julio de 2016 vs 2017.
Caída irreversible
En los comentarios finales, el gremio manifiesta que según datos del informe y transcurridos más de la mitad de este año, la tendencia de caída en el procesamiento de oleaginosas parece irreversible y las estimaciones dan cuenta de que este año se cerraría incluso por debajo de cifras de 2016. Recalca en ese sentido que las distorsiones que generan incentivos para exportar en estado natural se mantienen.
Menciona también que la inestabilidad generada a partir del tratamiento apresurado de posibles modificaciones en el esquema tributario para el sector, genera un clima poco favorable para los negocios y desalienta la aparición de nuevas inversiones en el sector.
Aboga por el dialogo para construir mecanismos que permitan impulsar la agroindustria nacional, y por el diseño de una política de estado que cree las condiciones para la consolidación de la molienda.