LOS LECTORES OPINAN

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Llegó el gran día de las votaciones en las que elegiremos a nuestros gobernantes por los próximos cinco años.

Mucha gente como yo se siente desolada ante el panorama evidente que se perfila. No estamos conformes con las dos opciones con más posibilidades y nos vemos en la encrucijada de optar tal vez por el voto útil.

Pues no. En mi caso no considero que exista tal “voto útil”. El único voto que vale es el voto a conciencia, aunque no sea por un ganador, porque así es o debería ser la vida. Se debe votar a conciencia, obrar a conciencia, optar por lo que uno cree más apropiado, que más condice con nuestros valores y nuestra opción de vida. ¿Que así beneficiamos a uno u a otro? Pues no podemos hacernos responsables de esas consecuencias, si el sujeto del supuesto voto útil o del voto castigo no llena nuestras expectativas.

En estas elecciones creo que deberíamos votar honestamente por quienes consideramos que son los mejores candidatos, los más coherentes, honestos, decentes y con mejores propuestas.

También el no votar es una expresión política que habla de nuestro hastío. Y pienso que es una opción más, sumada al abanico que existe y no es moralmente sancionable, sino un acto de rebeldía.

Andrea Colmán

¡Con la Iglesia hemos topado!

Quisiera relatar un hecho tan desagradable como increíble que me sucedió el sábado 13 de abril, aproximadamente a las 16:00 en el Shopping del Sol. Fui a llevar a mi nieto al cine, cuando veo venir al obispo de Ciudad del Este, Livieres Plano. Me acerqué con la mayor corrección y le dije: “Disculpe Monseñor que no lo felicite por sus declaraciones, pero no benefician a la Iglesia; al contrario, esa forma de dividir pertenece a lo más anticuado de la Iglesia”. Allí me interrumpió abruptamente, gritándome: “Bandida, bandida”, delante de la mucha gente que se encontraba cerca del ascensor.

Me di vuelta y me marché con mi nieto, dado que el ser una señora y mi educación me impedían responderle como se merecía. Me pregunto si estos son los ejemplos edificantes.

Cristina Logan

Tabaco, tabaco y más tabaco

Los industriales del tabaco, entre ellos el tabaquero precandidato a la Presidencia de la República, Horacio Cartes, obligados por ley a incluir en sus avisos periodísticos y televisivos, la frase “Fumar produce cáncer y enfermedades respiratorias” se quedan cortas. En mi experiencia personal, un día estuve en mi oficina fumando, hasta que me di cuenta de que no me producía placer alguno, por lo que dejé de fumar.

Con el correr del tiempo, tuve problemas cardiacos, que según mi médico de cabecera fueron causados por la mala costumbre de fumar, y cuando le dije que hacía catorce años que no fumaba, me contestó, “está bien, pero alguna vez fumaste”.

Mi consejo: las tierras de cultivo deben dedicarse a productos agrícolas que redunden en beneficio de otras especias, verduras y frutas para la alimentación diaria, el cultivo de productos de demanda mundial tales como el sorgo, el arroz, el trigo, etc.

Peter Francis Burt Candia

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