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La sequía cíclica en el Chaco se inicia normalmente a fines de junio o durante el mes de julio y se prolonga por tres a cuatro meses, siempre con la esperanza que en octubre o comienzos de noviembre ya caigan las primeras precipitaciones importantes.
Y ahora, el mes de noviembre ya está por la mitad, pero aún no han caído lluvias importantes en gran parte del Chaco Central. Esto afecta sobre todo al agua potable en los hogares, donde se cosecha el agua de lluvia por el sistema de canaletas en los techos. En el campo, el principal problema es el alimento para el ganado en este momento. Los animales vacunos solo tienen pasturas totalmente amarillas. Gran parte de los tajamares aún tienen algo de agua.
Por otro lado, en los centros urbanos, cunetas, puentes y otros sistemas de desagüe se han limpiado a la espera de las lluvias, a fin de facilitar el escurrimiento del vital líquido hacia los tajamares.
En Boquerón, los gobiernos municipales siguen con la postura de que la sequía todavía es manejable y creen que hay condiciones para que las precipitaciones lleguen pronto.
Polémica siembra de nubes en Bolivia
Bolivia también soporta en varias zonas una sequía que afecta el abastecimiento de agua y la producción de hortalizas, especialmente. Entes del gobierno han recurrido en algunas áreas al método de la siembra o bombardeo de nubes desde aviones, con yoduro de plata, para provocar lluvias, según la prensa del vecino país. Sin embargo, el método es muy costoso y poco eficiente hasta ahora y ha desatado fuerte polémica.