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El ingeniero agrónomo Miguel Colmán, coordinador de programas, explicó que en ambos casos debe hacerse una vez utilizado todo el contenido del envase, de tal manera que se pueda reciclar y convertirse posteriormente en diversos productos, que no tengan contacto directo con la piel ni con los alimentos.
Respecto al triple lavado, recomendó agregar agua hasta llenar aproximadamente un cuarto del envase, cerrar y agitar enérgicamente durante 30 segundos, depositar la solución del lavado del envase en el tanque de la pulverizadora. Esa operación se debe hacer tres veces y posteriormente perforar el envase para evitar su reutilización sin dañar la etiqueta.
En cuanto al lavado a presión, sugiere mantener el envase en forma invertida sobre el pico lavador que posee la pulverizadora durante 30 segundos, verificando que el agua del lavado sea vertida nuevamente al tanque. Pide asegurarse de que el agua utilizada para ese procedimiento provenga de un depósito de agua limpia separado del caldo de pulverización.
Colmán aclaró que el triple lavado o lavado a presión se hace solamente en envases plásticos rígidos y destacó que siempre se debe utilizar elementos de protección individual adecuados.