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“Viola, viola, viola que finalmente aceptarán”, sería la paráfrasis aplicable a la actual situación de Yacyretá de la remanida frase de Joseph Goebbels, ministro de propaganda del régimen nazi de Adolf Hitler: “Miente, miente, miente que algo quedará”.
De acuerdo con los registros oficiales, desde el 2011, año en que las Altas Partes Contratantes (gobiernos de Paraguay y Argentina) decidieron elevar el nivel del embalse hasta “la cota de diseño”, el embalse operó, incluso en los siete primeros meses de este año, sobre los 83 metros sobre el nivel del mar (msnm), nivel igualmente discutido por otros especialistas, porque el tratado menciona 82 msnm.
Abuso de 39 centímetros
Según los últimos registros del Departamento Técnico, Movimiento de Energía de la EBY, en el lapso comprendido entre enero y julio del presente año, la cota del embalse de la central, medida en el eje Encarnación-Posadas osciló entre 83,37 y 83,40 msnm y que en marzo alcanzó inclusive 83,44 metros, con un promedio de 83,39 msnm.
Mayor transgresión
Si cotejamos estos registros con los correspondientes al mismo período del año anterior, la primera conclusión es que en 2016 la transgresión fue mayor.
De enero a julio de 2015, el río Paraná, convertido en embalse del complejo hidroenergético paraguayo-argentino, tuvo los siguientes niveles: 83,41 en enero, 83,24 en marzo y 83,45 msnm de julio. El promedio fue de 83,32 msnm.
¿La constante denuncia de esta violación del Tratado de Yacyretá responde a una suerte de normativismo a ultranza de los denunciantes?
La pregunta tiene varias respuestas, comencemos con la del ingeniero Gustavo Segovia, con una rica experiencia en Yacyretá, en el marco de una entrevista con ABC Color sobre el punto: “Cada centímetro (1 cm) de sobreelevación del nivel del embalse equivale a 2 MW de potencia adicional”.
En otras palabras, de acuerdo con la información del Ing. Segovia, en los siete primeros meses de 2015 la EBY succionó ilegalmente del complejo otros 64 MW y en los siete primeros del ejercicio en curso 78 MW. ¿Cuántos en 2011, 2012, 20|3 y 2014? y, lo principal, ¿que país o el sistema eléctrico de qué país se benefició con pertinaz transgresión del Tratado?
El Ing. Segovia, en la entrevista mencionada, señalaba lo siguiente: “... la central hidroeléctrica Yacyretá siempre fue el pronto socorro del sistema eléctrico argentino...”.
Además, hay coincidencia entre los técnicos, incluso entre las funcionarios de la EBY, que la sobreelevación implica mayor inundación, porque la costa más baja del río Paraná es la paraguaya.
Debe destacarse también que la binacional expone las obras del complejo, no solo las de mitigación de la inundación, sino también del dique de tierra, a un deterioro progresivo, que exigirá mantenimientos frecuentes y costosos, etc.
Llama la atención e inquieta a los técnicos consultados que las autoridades de turno de nuestro país hayan aceptado esta anomalía como inevitable o, peor aún, como inofensivas, casi como una travesura. Reiteremos que esa colosal masa de agua que contiene la represa de Yacyretá inunda un territorio paraguayo en un 80%, e incluso más y, lo peor, que la entidad binacional adeuda a nuestro país una cantidad que ronda los 962 millones de dólares en concepto de compensación por territorio inundado y que la responsabilidad de esta mora debe imputarse solo a la Argentina.
1 cm = 2 MW extras
“Cada centímetro (1 cm) de sobrelevación del nivel del embalse equivale a 2 MW de potencia adicional”, señalaba el Ing. Gustavo Segovia en una entrevista con ABC Color.
Por consiguiente, en los siete primeros meses de 2015 la EBY succionó ilegalmente del complejo otros 64 MW y en los siete primeros de este año 78 MW.