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La comitiva no encontró a ninguno de los invasores porque huyeron, pero sí corroboraron la salvaje depredación del área de reserva, unas 3.000 Ha. Las precarias chozas fueron derribadas con tractores.
La comitiva la encabezaron los fiscales Martha Leiva, de la Unidad del Medioambiente de Coronel Oviedo, y Gustavo Chamorro, de la Unidad Penal, y los jefes policiales Optaciano Cardozo, director de zona; el jefe de policía de Caaguazú, comisario principal Antolín Gómez, entre otros. Se contó con el apoyo de los miembros de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) y el helicóptero de la policía que sobrevoló el área previamente a la incursión.
Miembros de la comitiva pudieron detectar la presencia de trampas de fabricación casera, como la conocida como “bomba iraquí”, que quiso usarse de una trampa contra agentes policiales, pero estos lograron desactivarla. La fiscal del medioambiente incautó varias evidencias, como maderas y postes, que en un procedimiento anterior no pudo confiscar porque lo habían impedido los invasores.
Por su parte, el dueño de la propiedad señaló que se comprobó que estaban arrasando con los montes. “Es una pena ver así que no tuvieron piedad para desmontar, la propiedad está rodeada de carbonerías, carpinterías, improvisados aserraderos, evidentemente quieren solamente las maderas porque no encontramos casas, solo precarios ranchos, lo cual confirma que no pretenden las tierras como hicieron hacer entender”, señaló.