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Cansados del trabajo de cocineros de un barco que hacía el trayecto Asunción-Buenos Aires, los hermanos Mutti decidieron un día formar una pequeña empresa. Salustiano se encargaba de la parte de producción, y Pedro era el que salía a vender, junto con otros integrantes de la familia. “Iban a caballo o carretas a recorrer los barrios o abordaban el tren en la Estación Cañiza y se bajaban en el edificio central del ferrocarril para llevar sus mercaderías al Mercado Guasu (hoy Plaza de la Democracia)”, comenta el gerente general, Miguel Ángel Cañete, cuarta generación al frente de la empresa.
Entonces fabricaban muy artesanalmente unas galantinas (especie de mortadela envuelta en lienzos), queso de cerdo y butifarra, que las familias de entonces solían almacenar o colgar en sus fiambreras.
“Eran embutidos de picado grueso, probablemente recetas italianas que se fueron perdiendo, porque los gustos de la gente fueron cambiando, obligando a la empresa a ajustarse a nuevas exigencias”, dijo.
La fábrica sigue en el mismo lugar donde la instalaron sus fundadores sobre la calle Itapúa, en el barrio Trinidad. Cerca de allí estaba la tablada vieja (hoy el club Rubio Ñu), con grandes mataderos. De hecho la fábrica de los Mutti no era la única y competían en la zona con la de las familias Bacigaluppo y Acosta, que dejaron de funcionar décadas atrás.
Sucesiones exitosas
Pedro Mutti, quien asumía el liderazgo en la empresa, falleció en 1938. Su hijo Antonio tomó la posta y siguió con su producción artesanal y venta de productos en los mercados municipales y almacenes de ramos generales y despensas de los barrios.
“En los años 70 mi padre compra las acciones de todos los hermanos y tíos, y la empresa se unificó en una sola familia. Yo hace 28 años que trabajo aquí y continúo con la tradición familiar, aunque bajo mi gestión comenzó un proceso de reconversión”, indicó Cañete.
Había que invertir porque así lo mandaban los cambios en los hábitos de consumo de la gente y las nuevas exigencias sanitarias para la fabricación de alimentos.
“Hoy la inversión es continua. Todos los días vemos los avances tecnológicos y buscamos implementarlos para llegar al consumidor con productos de calidad, controlados sanitariamente, y a un buen precio”, sostuvo.
Producción
La planta industrial de Mutti tiene una capacidad productiva de 20 toneladas/día, en un turno de ocho horas, y da trabajo a 120 personas.
“Fabricamos 24 tipos de embutidos y, además, contamos con una línea de producción de hamburguesas y una unidad de comercialización de carne de cerdo desde hace cuatro años en la que nos va muy bien”, explicó
Con los buenos augurios macroeconómicos previstos para 2013 esperan crecer un 14%. “El mercado da para seguir creciendo, tenemos capacidad instalada para hacerlo y tenemos el conocimiento del negocio”, dijo.
Sobre el galardón de la ADEC dijo que es un valioso reconocimiento al esfuerzo no solo de quienes están hoy, sino a todos los que dirigieron la firma y que ya no están. “No muchas empresas llegan a los 100 años, por eso nos sentimos muy orgullosos”, concluyó Cañete.
Con nuevas inversiones mejoran infraestructura
Mutti SRL invierte US$ 1,5 millones para la construcción de un frigorífico y matadero en la ciudad de Limpio. “Estimamos que estará listo para fines de diciembre de este año. A ese mismo sitio tenemos proyectos de llevar fábricas de hamburguesas y de embutidos para que la planta fabril ubicada en el barrio Trinidad quede como centro de distribución”, explicó Miguel Cañete.
Agregó que la zona donde está instalada la fábrica de embutidos se ha vuelto muy residencial. “En 100 años, los barrios sufren transformaciones muy grandes. Últimamente hemos invertido más de US$ 3,5 millones para adecuar nuestras instalaciones conforme a las normas ambientales, construyendo plantas de tratamiento y adquiriendo equipos de última tecnología”, dijo.