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Ya a fines del 2005, desde nuestras páginas, advertíamos sobre el multimillonario fraude que representó el paquete asfáltico del llamado “corredor de integración” Mcal. Estigarribia -La Patria -Infante Rivarola, construido durante la gestión de José Alberto Alderete al frente de la cartera de Obras Públicas (ABC Color Economía pág. 38 del 10/11/2005).
Luego, el 04/07/05 destacábamos que, invocando una “imprevisión en los diseños”, el MOPC justificó un ajuste de más de 18 millones de dólares en estos proyectos, que significó un incremento del orden del 18% en los precios de varias obras viales, entre las que se encontraban las bioceánicas (ABC Color -Economía Pág. 18), y que con este “ajuste”, el monto contractual inicial del programa de los corredores que había sido pactado en US$ 73.959.936, con los cambios introducidos para “mejorar” el proyecto; la cifra trepaba a US$ 85.505.315 (ABC-Economía, Pág. 20 del 11/07/05).
Sin embargo, el 13/07/05 ABC Color señalaba que en los tramos habilitados ya se observaban peladuras localizadas debido al acelerado desprendimiento de piedras, y que mantener transitable esta ruta hipotecaría al país (ABC Color -Economía pág. 22).
El 28/10/06 apareció en ABC Digital una declaración del ingeniero residente Fernando Talavera Gustale, quien sostenía que esos tramos tenían “la peor calidad del mundo”, que “son absolutamente económicos hasta el extremo. Es un paquete que desde el primer día inclusive durante su construcción, ya necesita un mantenimiento constante”.
El 17/12/2006 publicamos que la capa de rodamiento proyectada para 5.000 camiones diarios presentaba deficiencias estructurales/ funcionales, tales como la falta de adherencia entre la base y el recubrimiento asfáltico (fenómeno denominado efecto alfombra –ver foto de la nota–), (ABC Color -Economía Pág. 26).
Y en la edición del 6 de agosto del 2007, denunciamos que “Los tramos de la carretera bioceánica, recientemente inauguradas, ya presentan deterioros en un 60% .
El recubrimiento asfáltico que arranca en Mcal. Estigarribia hasta el límite con Bolivia demandó un mantenimiento continuo desde su habilitación y que representaba una verdadera trampa para los automovilistas desprevenidos”... (ABC Color Economía Pág. 23)
Historia con final conocido
El 21/12/2007, los empresarios viales adelantaron el colapso prematuro de las calzadas de las bioceánicas, y responsabilizaron a los organismos financieros internacionales que terminaron por imponer este diseño (ABC Color -Economía pág. 28).
Al respecto señalaron que el representante del BID de entonces, Álvaro Cubillos, (posteriormente defenestrado), se opuso a la revisión del proyecto, siguiendo las experiencias que existen en la región y que contrató (a costa de los contribuyentes) una “caterva” de “expertos extranjeros”, como el Ing. Carlos Chang, el Ing. Fernando Orduz, y el Ing. Lucio Cáceres para “convalidar” el proyecto licitado, el cumplimiento de los objetivos, el éxito de la inversión, etc., etc. (¿?).
Resultaba llamativo que el BID, un organismo financiero y no técnico, impusiera criterios sobre diseños carreteros, siendo que el BID no tiene la estructura propia de una institución de planificación técnica, o que le compete solo a empresas consultoras especializadas para llevar adelante estudios y proyectos.
No obstante en la edición del 24/12/07, ABC Color se refería a la sospechosa contratación de “expertos extranjeros”, siendo que en la región existen profesionales con experiencia en obras de este tipo construidas en zonas similares, como ser la Ruta XVI, la Ruta LXXXI en la provincia del Chaco (Rep. Arg.) por nombrar algunas. (ABC Color Economía Pág. 24).
Hoy, para habilitar los 245 km de una ruta, que presenta cráteres de más de 30 cm de profundidad en todo su recorrido, no pasa por el clásico “recapado”, sino tendría que ser construido desde cero a un costo de US$ 600.000 el km (según declaraciones del ex ministro Ing Pánfilo Benítez), (ABC Color, Economía Pág. 21), lo que significaría agregar U$S 147.000.000 a los US$ 85.600.000 ya invertido, que sumado los gastos de mantenimiento vía administrativa, estos ramales de las bioceánicas pueden superar el millón de dólares por km.