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Ante la pregunta de qué y cómo debe hacerse para que el sistema de salud sea sostenible, el ministro respondió que la solución “más racional” vendrá si se hace cotizar a cada paraguayo, cabeza de familia, en proporción a lo que pueda, a sus ingresos. “Y establecer un sistema de decirles: los que están en las dos caras más bajas no cotizan, incluyendo a los grupos más vulnerables, a los aborígenes, a aquellos del Programa Tekoporã. El resto tiene que cotizar”, enfatizó.
Sobre el punto, Arbo invitó a los asistentes a la reunión a ir a Emergencias Médicas o a los hospitales públicos, donde todos los días llega gente, “no precisamente a pie”, sino en un vehículo cuatro por cuatro...”. “Entonces, deben cotizar, porque eso va a permitir la sostenibilidad de las políticas y programas gubernamentales en materia de salud pública”, explicó.
Además, el ministro preguntó qué hacer con las “catástrofes familiares”. “Decía el doctor Julio Frenk Mora, ahora decano de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), que cada año en aquel país 300.000 familias entran en quiebra por los gastos del cáncer, y que esa es también una realidad en el Paraguay”, añadió.
Explicó que la clase media y media alta de nuestro país es incapaz de sostener el tratamiento de un paciente con cáncer, entonces provoca una “quiebra familiar”. “Y el Estado no se puede desentender de esa situación, entonces tiene que haber una protección para eso, a través del fondo nacional de recursos solidarios, en el que exista un sistema de previsión, con un seguro adicional”, dijo.
Agregó que el sector público hoy da una protección al paciente con insuficiencia renal, bebés prematuros, etc., pero que ese sistema no es sostenible en el largo plazo, y que mantenerlo a flote dependerá “del humor” del que esté al frente. “En este momento, el 75% de la población no tiene ningún seguro médico, pero para hacer sostenible este sistema, todos tienen que cotizar, porque el presupuesto no va a aguantar jamás”, alertó.