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Aunque algunos indígenas ya se han manifestado en contra de la oleaginosa en el Chaco, por el impacto que dicen tuvieron las plantaciones en sectores sociales vulnerables. También hay ganaderos que temen que se vea afectado el buen nombre de la carne chaqueña, atendiendo que la siembra de soja conlleva el uso de químicos en gran medida, lo que podría afectar a los productos cárnicos.
La semana pasada se desarrollaron mesas de diálogo sobre soja y carne sostenible en el Chaco, que estuvo a cargo de los ministerios del Medio Ambiente y de Agricultura y Ganadería, gremios de productores como la Unión de Gremios de la Producción (UGP), la Federación de Cooperativas de Producción (Fecoprod), gobiernos locales y la Plataforma Nacional de Commodities Sustentables, iniciativa del PNUD.
Se ofrecieron charlas sobre la producción emergente de la soja en secano y de diferentes coberturas en área de Mariscal Estigarribia, bajo riego en zona oeste del Chaco Central y ensayos de rendimiento en la Chacra Experimental de Chortitzer.
En el Chaco existirían ya más de 20.000 hectáreas de soja en diferentes zonas, parte de ellas en forma experimental, con promedio de 2.000 kg/ha, pero en algunos casos el rendimiento es similar a la región Oriental. También se habló sobre los cambios que se vienen en infraestructuras viales, en cuanto al corredor bioceánico y su impacto sobre el Chaco, su gente y los resultados del Análisis de Causa Raíz (ACR), de la ganadería chaqueña.
“Vienen grandes cambios para el Chaco, que posee más del 60% del territorio nacional y tenemos muchos déficit, principalmente en infraestructura y cuando falta infraestructura, falta todo, salud, educación y por su puesto, el apoyo a la producción”, dijo el gobernador de Boquerón Darío Medina.
Reclamo
Por su parte, pequeños productores reclamaron la falta de disponibilidad de investigaciones aplicadas a la ganadería en diferentes contextos del Chaco, acceso al conocimiento de prácticas sustentables y que existe una percepción generalizada en la población, de que el sector agropecuario desarrolló actividades sin atender al medio ambiente, lo que generaría mala reputación al sector productivo de soja y carne.