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Se refería a la explicación que dio el martes último el subjefe técnico de la entidad, Ing. Gabino Fernández, a través de un comunicado oficial, sobre los daños que produjeron las olas ese día en ciertos tramos de la represa como “pequeños movimientos de rocas dentro del embalse debido a las lluvias”.
En rigor, se trata de “daños a la protección del talud de la presa que ocasionaron en varios sectores las olas altas y fuertes, resultantes a su vez del viento predominante y la sobreelevación del embalse sobre valores asumidos del diseño”, advertía.
En horas de la mañana, el técnico compatriota, en conversación con ABC Digital, especificaba que el máximo nivel permitido de la cota es de 82,70 metros sobre el nivel del mar y actualmente se maneja que se tuvo un nivel de 83,70 metros.
“No creo que caiga o que falle la represa; pero la acción constante, continua, de las olas podría causarle daños”, advirtió el ingeniero Gustavo Segovia.