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El Arq. Feliciángeli hizo un cuadro comparativo de los enfoques principales dados al problema de la vivienda y las posibles soluciones planteadas, durante su intervención en el panel debate, del que participaron también el Arq. Guillermo Knapps, titular de la Senavitat, y otros arquitectos como Luis Silvio Ríos, Federico Franco Troche, Hugo Cáceres Di Leo y Carlos Domenech, como moderador, ante numerosos asistentes.
Enfoque sectorialista
Habló en primer término del enfoque sectorialista tradicional, señalando que el problema de la vivienda consiste en que faltan viviendas y un alto porcentaje de las que hay no son adecuadas. La solución, construir las que faltan; mencionó el método operativo como construcción masiva de las viviendas completas que beneficia a un sector reducido, pues los recursos no alcanzan para cubrir el déficit, que aconseja dar alta prioridad a las inversiones en vivienda.
El enfoque sectorialista propone una política de subsidio indiscriminada como medio para poder adjudicar la vivienda y los planes oficiales benefician en su mayor parte a los grupos con capacidad de pago, que podrían resolver solos o con poca ayuda su problema de vivienda, dijo.
La ubicación de las nuevas viviendas está definida generalmente por el déficit y por las presiones políticas, sostuvo.
Enfoque estructuralista
Luego, Feliciángeli pasó a explicar el enfoque estructuralista, señalando que el problema de la vivienda no es un problema en sí, sino una de las manifestaciones del problema de marginalidad social y económica en los países subdesarrollados y hay que tratar el problema en su fuente, y no solo en sus manifestaciones. Mientras haya sectores marginales en el empleo, la salud y la educación, la vivienda será marginal también y el problema se mantendrá vigente aunque se construyan viviendas nuevas, porque estas serán insuficientes y además no podrán ser pagadas por los grupos sociales que las necesiten, indicó.
Este enfoque habla del mejoramiento progresivo de las condiciones habitacionales, de acuerdo a los recursos disponibles y para el mayor sector posible, dando prioridad al desarrollo económico y la utilización de las inversiones en viviendas como elemento dinamizador del desarrollo económico y social.
Señala el subsidio como instrumento redistribuidor del ingreso y solo para grupos de bajos ingresos.
Afirma que los planes oficiales de vivienda deben favorecer a los sectores que están en peores condiciones habitacionales, que son los que no tienen poder de compra y están por ello excluidos del mercado convencional de vivienda.
Mano de obra artesanal
Este enfoque sugiere que deben mantenerse básicamente las técnicas constructivas artesanales para absorber mano de obra no calificada y la prefabricación para los aspectos que requieren mano de obra especializada. Señala que no se necesitan forzosamente crear más organismos y que basta con mejorar los que existen.
Sostiene que la ubicación de las viviendas debe estar determinada por a) los requerimientos del desarrollo (la vivienda debe ser parte de la infraestructura social en nuevos emplazamientos industriales de interés estratégico para el desarrollo económico) y b) una política social que entienda la vivienda como instrumento redistribuidor del ingreso y complemento de los planes de salud y educación.
El profesional dijo que antes de confrontar estos planteamientos, lo más conveniente es tratar de complementarlos, integrando el enfoque tradicional como una parte del estructuralista.
Por su parte, el urbanista Federico Franco denunció la construcción de ciudad sin viviendas y viviendas sin ciudad y que el problema del hábitat solo se solucionará cuando se solucione el problema social provocado por la inequidad.
Fernando Duarte, del programa “Techo para mi país”, dijo estar trabajando no solo en la construcción de soluciones urgentes, sino además en la generación de conciencia para el desarrollo comunitario.
Hugo Cáceres Di Leo, del Colegio de Arquitectos, reclamó la implementación de una ley de ordenamiento territorial, mientras Carlos Domenech denunció la acción de loteadoras mediante compras especulativas y venta desordenada de parcelas.