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La licitación del emprendimiento llegó a tener múltiples denuncias y protestas debido a que el pliego de bases y condiciones aparentemente estaba dirigido hacia las empresas vialeras, ya que se trata de un proyecto en el que el 75% de las obras son estructuras de hormigón armado (puentes, viaductos, etc.), pero solo se pidió experiencia específica en el sector vial (asfalto y terraplén), que es apenas 25% del trabajo.
Otro de los aspectos criticables es que se trata de un proyecto que inició con un precio referencial de US$ 15 millones, pasó a US$ 27 millones, luego a US$ 38 millones y finalmente fue adjudicado en US$ 44,6 millones.
Luego fueron descartadas cinco ofertas en el tramo uno de la obra, para adjudicar al consorcio conformado por Tecnoedil SA (Roque Ardissone), Heisecke SA (José Luis Heisecke) y 8A SA (Luis Pettengill), por G. 112.798.093.671. En el tramo dos se dejaron de lado dos propuestas y ganó la tercera, el consorcio de CIV SA (Isacio Vallejos) y M&T Construcciones (Julio Mendoza), por un monto de G. 85.239.412.387.
Además, la obra se realiza en la franja de dominio de Ferrocarriles del Paraguay (Fepasa), lo cual va en contra de la Ley 1248/31 del Código Rural y del decreto 17061/02 que crea Fepasa.