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Según la consulta que hicimos a al menos tres casas de crédito, el estudio de la solicitud del préstamo no demora más de un día y el cliente obtiene el dinero casi al instante en que lo solicita. La “trampa” son los altísimos intereses que se ocultan tras la relativa facilidad con que estas casas están dispuestas a entregar el dinero.
Estos intereses, de acuerdo con los parámetros regulatorios del Banco Central y del Código Civil, son usurarios. El problema radica justamente en que no se las considera incluidas dentro de la regulación bancaria.
Desde 70% anual
Especialistas consultados revelaron que el “negocio” de las casas de crédito radica justamente en los créditos por montos más pequeños, en los que el interés que cobran está entre el 70% y 90%, según el perfil del cliente (cuando mayor es el riesgo de incumplimiento, más altas serán las tasas). Tal como pudimos constatar, por otorgar un crédito de G. 2.000.000 pagaderos en 15 meses, los sitios consultados exigen la firma por la totalidad del monto que será devuelto en contrapartida, en este caso por sumas que superan los G. 3.000.000.
Por ejemplo, en “Crédito Amigo” la persona que nos atendió, cuyo nombre omitimos, indicó que por un préstamo de G. 2.000.000, cada una de las 15 cuotas a pagar sería del monto fijo de G. 204.931. Es según lo que se conoce como “sistema francés” en que el monto de las cuotas no varía. No obstante, y siempre según lo explicado por la promotora, el monto por el que “Crédito Amigo” haría firmar el pagaré es de G. 3.073.900, lo que significa que está cobrando una nada amigable tasa de interés del 70% anual, cuando que para no hablar de usura el límite no debería superar el 42,33%.
Cifras similares –pero incluso más altas– ofrecieron en CrediClara y también en Credi Total. Esta última tiene más de 300 sucursales en todo el país.
Otra de las “trampas”, según especialistas, es que las tasas usurarias que revelan estos pagarés se ocultan detrás de “gastos administrativos”, lo que le da un manto de legalidad a la operación.
Están fuera de toda regulación
Como no se puede hablar de “intermediación financiera”, es decir, en puridad las casas de crédito no captan recursos para volver a colocarlos a través de préstamos, la Ley General de Bancos directamente las excluye de su regulación (ver infografía). Por su parte, el Código Penal Paraguayo establece una expectativa de pena privativa de libertad de hasta 10 años cuando la usura se practica comercialmente, como se puede decir está sucediendo en la actualidad y a la vista de todos.
pcarro@abc.com.py