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La última crecida dañó el muro en tres sectores diferentes. El 20 de junio del año pasado la comunidad pidió al entonces ministro de Obras Públicas, Cecilio Pérez, la reparación de esta barrera. El pedido fue reiterado varias veces, pero sin éxito.
“Hay una alerta de que está viniendo una inundación y, si llega, va a ser muy grave. No nos hacen caso. Ahora el muro ya tiene filtraciones, pero si llega a llover, va a ser mucho peor”, indicó Peña.
El mismo recordó que el año pasado el agua afectó seriamente a los habitantes de Cacique Sapo, que cuentan en el lugar con una escuela, un puesto de salud y casas construidas por la Senavitat.
El agua, según indicó, alcanzó dentro de las viviendas una altura de aproximadamente 70 centímetros. Además, la crecida produjo la muerte de cabras y ovejas, y fueron afectados los cajones de apicultura de los indígenas. La comunidad estuvo inclusive aislada debido a la crecida de las aguas del río.
“Si tuviésemos tractores arreglaríamos nosotros mismos el muro, pero no tenemos y necesitamos que las autoridades presten atención a nuestro reclamo. Sin herramientas no podemos”, expresó Peña.
En esta localidad viven aproximadamente unos sesenta niños.