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Al respecto, agregó que el Paraguay necesitará aproximadamente 1000 megavatios de generación en pequeñas centrales hidroeléctricas, eólicas, en las fábricas, co-generación de energía eléctrica y emprendimientos parecidos.
Admitió, no obstante, que en la práctica nunca nadie pudo invertir, por ejemplo, en las pequeñas centrales hidroeléctricas, porque no tienen mercado ni tarifa asegurada. “Tampoco alguien va a hacer una inversión grande en generación si no tiene una idea de cuál va a ser la tarifa por la cual se le va a comprar en el futuro su producto”, dijo.
Requerido por qué se da esa situación, Ferreira explicó que actualmente se tropieza con el problema de que las tarifas de largo plazo de Yacyretá e Itaipú aún no están cerradas o fijadas. Dijo que en el caso Yacyretá está acordado, pero sin ratificación en el lado argentino, y que el caso de Itaipú, que comparativamente es mucho más importante, se tiene una expectativa tarifaria de aquí al 2023, y después de ese año no sabe si la misma va a bajar o va a subir.
Dijo que si la tarifa de la binacional paraguayo-brasileña baja, entonces la ANDE no va a demandar la energía de ninguna otra generadora, porque lo tendría barato en Itaipú y, en consecuencia, no le sería rentable comprar de ninguna otra fuente de energía.
“Por otro lado, si la energía de Itaipú sube a partir del 2023, entonces hay una gran posibilidad de que la ANDE busque, pero ya tardíamente, otras fuentes de generación, y las asociaciones público-privadas ya no se habrán hecho a tiempo y una inversión en generación tarda típicamente entre tres y 10 años, dependiendo de si es una hidroeléctrica o una pequeña generadora”, advirtió.
Consultado cómo se resuelve ese dilema, dijo que la forma más sencilla es tener un convenio con Brasil, que sí tiene mercado de largo plazo, lo cual puede dar una referencia a cualquier inversionista que quiera incorporar capital de largo plazo en este tipo de emprendimiento.
Requerido qué es lo que localmente se necesita para que eso sea posible, afirmó que Paraguay debe lograr un acuerdo con el Brasil, lo mismo que este tiene con la Argentina y con Uruguay, de modo que los inversionistas pueden venir a aportar en ese sector en nuestro país. Advirtió que la mayor inversión en el Paraguay no se dará por inversiones en el sector energético, sino en la industria y el transporte asociados a la disponibilidad de energía eléctrica. “Para que eso sea posible, los grandes inversionistas necesitan previsibilidad en materia tarifaria”, subrayó.