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Un trabajo que llevan adelante estudiantes de posgrado en la Universidad de Duke, en la Escuela Sanford de Políticas Públicas y Desarrollo Internacional, tiene como objetivo dar sugerencias sobre desarrollo sostenible y políticas públicas en cuanto a crecimiento, el medioambiente y la educación para el Paraguay, usando el año 2023 como un punto de inflexión, puesto que consideran que a partir de ese año, dependiendo de cómo se encaren las negociaciones con el Brasil, puede haber cambios.
“Sin dudas, habrá un cambio; la pregunta es en qué dirección”, afirma Christine Folch, profesora asistente de Duke y quien dirige el proyecto. Ella conoce el Paraguay y sobre todo Itaipú, porque estuvo trabajando entre 2008 y 2009, siguiendo de cerca las negociaciones que culminaron en la Declaración Conjunta firmada por ambos países.
“La pregunta que nos hacemos es cómo usar mejor los recursos financieros provenientes de Itaipú, cómo repensarlos. También los recursos energéticos para invertirlos no en gastos corrientes sino en algo que va a tener externalidades positivas y un efecto estructural, y no solamente usarlos de manera rentista”, explicó.
Agrega que el tema debe ser encarado incluso con urgencia, no solo porque ya se acerca el 2023 sino porque la usina tiene un ciclo de vida útil, porque el problema no solamente son las turbinas o las máquinas, sino el agua, el embalse. “Esto quiere decir que si la visión es tener a Itaipú como una usina perpetua, hay un tiempo corto para aprovechar e invertir. La pregunta es cómo hacerlo y sabemos que habrá cambios en el 2023 con la revisión del Anexo C”, alegó.
Según ella, se debería aprovechar uno de los puntos ya acordados con el Brasil y analizar la posibilidad de convertir a la ANDE en una compañía internacional y capacitarla ya ahora, antes de 2023. “Eso para mí es uno de los puntos más importantes, por el tema del monopsonio; es decir, Paraguay tiene un comprador grande que es Brasil, y por la demanda y la transmisión en sus redes, obviamente, Brasil tiene el poder del monopsonio en Itaipú, y Paraguay presume que en 2023 Brasil va a comprar con el mismo precio la energía de Itaipú, pero lo que sabemos es que ellos están construyendo más usinas en las fronteras con Perú y Bolivia; entonces, no es que Brasil podrá prescindir de la energía de Itaipú, pero tendrá más opciones, y el poder de monopsonio dice que si tengo más opciones, puedo bajar el precio”, explicó la especialista.
La deuda se debe aclarar
Consultada respecto a la deuda de Itaipú, Folch afirmó que es un tema muy complejo, pero que se debe aclarar. “Obviamente es importante, pero hay que aclarar que el consumidor brasileño también sufrió de la situación porque ellos están pagando la mayor parte de la deuda que siguió creciendo incluso después de que la central comenzó a generar en 1984”.