Ausencia del Estado y poco control ambiental en Chaco

Ganaderos del Alto Chaco que invirtieron muchos recursos para cumplir las leyes ambientales observan la llegada de nuevos vecinos que hacen todo lo contrario, “tumban todo, queman todo, muchos de ellos extranjeros que saben muy bien de regulaciones en sus países”, denunció el ingeniero agrónomo Calixto Saguier, de la organización WWF, en el marco de la Mesa de la Carne Sostenible.

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“Existen las leyes ambientales, están las autoridades de aplicación, la Secretaría del Ambiente y el Instituto Forestal Nacional, así como también la ejecutora del castigo, es decir la Fiscalía del Ambiente, pero en el Alto Chaco se detecta que muchas nuevas inversiones se hacen burlando las exigencias y perjudicando la imagen de todo el sector ganadero, y metiendo en una misma bolsa a los productores que gastaron mucha plata en contratación y aplicación de estudios de impacto ambiental, plan de manejo, reservas forestales, sistemas conservacionistas, etc.”, señaló Calixto Saguier, de la organización ambientalista WWF, en la segunda reunión de la Mesa de la Carne Sostenible, en el Carmelitas Center.

Explicó que cuando se compra una tierra para la producción en el Chaco, especialmente en los alrededores de los parques nacionales, se debe saber que la normativa paraguaya exige dejar, según el caso, reservas obligatorias de entre 25% y 50% de bosques.

“Muchos extranjeros llegan al Alto Chaco, directamente en sus aviones, aterrizan en sus propias fincas en Paraguay, sin control de entrada ni de salida del país, amén de los impuestos”, indicó.

Pero recordó, que en contrapartida, cuando un obrero de un establecimiento ganadero que busca cumplir las leyes ambientales, por haber tenido mal regulado el GPS, tumbó equivocadamente unas 40 hectáreas en un lugar que no se debía, fue notificado e intervenido inmediatamente.

Destacó que la gran mayoría de los ganaderos son “verdaderos ambientalistas”, porque muchas veces sin saber de las certificaciones que podrían lograr, hacen buenas prácticas y prestan servicios ambientales por conciencia propia, dejando en algunos casos hasta 60% de reservas forestales.

“Cuando hablamos de la sostenibilidad productiva y de la eficiencia económica, y hablamos del suelo y el agua, hay que captar agua, pero hasta qué punto no causamos efectos irreversibles en la biodiversidad, de eso es lo que discutimos para proteger los bosques desde el mercado de la carne y la producción ganadera”, enfatizó. Aclaró que en el Chaco, por un lado, hay deforestación legal, que es autorizada y regulada; pero por otro, también hay deforestación ilegal, que debe ser evitada.

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