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Se trata de la fijación de un mecanismo de aplicación del precio al público del gasoíl, a través de una fórmula que involucre a todas las variables que inciden directamente en el costo de importación del hidrocarburo, tales como la cotización internacional del derivado de petróleo y del tipo de cambio.
El pedido del gremio gasolinero, sector que no establece los precios, sino las importadoras privadas como los emblemas mayoristas y la pública Petropar, insisten en este pedido de modo a que el precio del gasoíl ya no sea definido políticamente, sino como debería ser, fundado en razones económicas.
Incluso, este método llegó a ponerse en vigencia durante un corto tiempo, aunque finalmente fracasó debido a que jamás el precio al público del gasoíl pudo liberarse de su peso político.
En 2008, el entonces ministro de Hacienda, Dionisio Borda, declaró que “no es tan fácil implementar un mecanismo de ajuste automático del precio del gasoíl como lo reclama Apesa”. Dijo que el tema es más complejo de lo que parece y que las dos únicas variables, el tipo de cambio y el precio del barril de petróleo, eran insuficientes, ya que Petropar debe mirar varios otros elementos para adecuarse, no solamente la baja de precios, según señaló durante el gobierno de Nicanor Duarte Frutos.
Ayer, tras la reunión entre gasolineros, Petropar y el Ejecutivo, se definió que a partir del próximo lunes estarán informando al público sobre la nueva fórmula de fijación de precio, en el trabajo conjunto que iniciarán con el nuevo titular de Industria y Comercio, Diego Zavala.
Por otro lado, los pocos sellos distribuidores que aún no bajaron los precios de sus naftas acompañarán la reducción en los próximos días, tras el anuncio de la víspera por los emblemas Copetrol, Barcos y Rodados, Petrobras y Petropar; además de la reducción del precio al público del gas por parte de las fraccionadoras Sugas, de Copetrol, Totalgaz y Lima Gas y productos de Copesa desde este lunes.