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Según los directivos de la entidad cooperativa, situada al noreste de Itapúa, la capacidad de pago de los productores tuvo una “frenada brusca” de un año para el otro.
“Que lleguen a perder sus bienes no puedo decir que ocurra, porque es escaso el riesgo. La gran mayoría tiene bastantes cuentas pendientes. Refinanciando van a trabajar uno o dos años y volverán a recuperarse si es que se normaliza principalmente el precio, que la gente siempre reclama”, dijo Zoz.
Refirió que cuando hay refinanciación, el productor deja de invertir para dedicarse de lleno a su compromiso. Observó con preocupación el alto nivel de endeudamiento de los asociados.
“En la colonia Naranjito tenemos la experiencia que la mayoría de los productores cuando cancela su deuda, ya renueva para otras inversiones; compra tractor, camión, etc., entonces casi siempre está endeudado. No llega al punto de poder autofinanciarse. Eso ojalá que cambie en las generaciones entrantes”, comentó Zoz.
Sin embargo, el sector agrícola es el que mejor paga al día sus cuentas en el sistema bancario. Según el Banco Central del Paraguay, se tiene una tasa de morosidad del 0,45%, inferior al promedio nacional de más del 2%. No solo eso, el agro es el principal destino de los créditos, seguido por la ganadería y el comercio.