El juego de las diferencias

Grandes diferencias, contrastes de realidades, confirmaciones y decepciones, gritos de gloria y muecas de frustración, todo esto en una fecha inconclusa en la que también marca distancias, el poco interés del mundo fútbol hacia el amistoso de la selección en USA, que justamente fue causal de la postergación de un Libertad- Olimpia, llamado a ser el gran partido de la semana.

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Así es el juego de las diferencias, las que marcan a Luis Zubeldía pisando suelo firme, mientras que Sebastián Saja se cansó de perder con Guaraní y presentó una renuncia muy aguardada por la dirigencia aurinegra.

Tanta diferencia como la magia de Novick a la hora de marcar un gol que será muy difícil de superar en toda la temporada, al inofensivo disparo de Pablo Velázquez en Santaní, desaprovechando un penal que pudo haber cambiado el escenario en Dos Bocas.

Qué gran contraste entre el Nacional puntero, goleador, capaz de superar un inicio de año tambaleante, y un Luqueño que tambalea en forma permanente e ininterrumpida desde un prolongado tiempo, y otra vez dejó con las ganas a sus hinchas que fueron a barrio Obrero, mostrándose como un equipo apichonado y sin ninguna respuesta tras recibir el primer gol, tras haber aguantado con bastante disciplina táctica el cero en su arco, el tema fue que a la hora de cambiar el plan, ni apareció ninguno como para impedir otra derrota segura.

En La Nueva Olla, más allá del golazo del ex Peñarol, el equipo de rotación que presentó el DT argentino entre semana frente a Independiente demostró que debe ser el estable, con Novick y Palau brindando jerarquía, Escobar sin complicaciones en el fondo y Marco Acosta demostrando a quienes no lo conocían ser un lateral con mucho oficio para la marca.

Tras tocar fondo en aquella derrota ante General Díaz, Zubeldía tocó las teclas justas, ubicando a nombres que ya no resistían mirar los partidos desde el banco de suplentes.

Hablando de tocar fondo, la derrota de Guaraní en Santaní detonó el final del principio de Sebastián Saja en la profesión de entrenador.

Una causa fundamental para explicar por qué las cosas terminaron tan abruptamente mal, ya que el novel DT nunca encontró un equipo que brinde garantías en ambos arcos, tras una semana en la que se habló de problemas en la preparación física, pero sin especificar de qué índole eran los mismos.

Y conste que el aborigen mostró variantes en la ofensiva y, más allá del penal no convertido, habrá generado media docena de situaciones clarísimas, pero defendiendo es una invitación a atacarlo con gente rápida.

Instalar a un cuarteto como el de Oviedo, Videla, Cáceres y Cabral fue un craso error de Saja, quizás apostando a la experiencia de estos hombres, pero renunciando a la velocidad y dinámica a la hora de defender, entendiendo por qué no solo las derrotas fueron varias, sino que bien abultadas en muchos casos.

Un precoz y previsible final para un operativo que siempre tuvo el riesgo de la primera vez, un riesgo compartido en el que perdió más Guaraní, sin avanzar en la Copa, abajo de la mitad de tabla en el torneo y con poco que resaltar individualmente en un numeroso plantel, que debe tener un importante costo.

A diferencia del club, para Saja la experiencia habrá sido corta pero intensa y saludable, ya que no cualquier primerizo tiene la posibilidad de debutar en la profesión dirigiendo Copa Libertadores, como pasó con el exarquero, que aún con este traspié inicial podrá tener una carrera interesante cuando logre resolver las confusiones que lo embargaron a la hora de elegir sistemas y hombres, su principal pecado en Guaraní.

federico.arias@abc.com.py

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