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“Gorka Villar, el español que llegó a dirigir el podrido fútbol sudamericano”. Así titulaba ayer el diario El Español calificando de “podrido fútbol sudamericano” y, obviamente, a la centenaria Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), cuna de las más grandes figuras del fútbol mundial.
Pero este soez calificativo no es gratuito, sino producto de una mala administración de la Conmebol a cargo de su presidente Alejandro Domínguez Wilson-Smith que, a pesar de llenarse de palabras como “transparencia” y “cuentas claras”, poco o nada ha hecho para sacarse el estigma de “antro de corrupción” que pesa sobre la matriz del fútbol sudamericano desde que estalló el FIFAGate en el 2015.
Fuertes acusaciones
Una prueba concreta fue su relación con el español Gorka Villar (actualmente preso por corrupción en España junto a su padre, Ángel María Villar).
Apenas asumió como presidente de la Conmebol (26/01/2016) Alejandro Domínguez tuvo la brillante oportunidad de demostrar su voluntad de sanear la institución pidiendo, por ejemplo, una investigación al entonces director general.
En aquel momento y desde el 2013 ya pesaban sobre Gorka Villar fuertes acusaciones de encabezar un esquema extorsivo en contra de los clubes que exigían mayores ingresos por los derechos televisivos de la Copa Libertadores y Sudamericana. Justamente el FIFAGate desnudó luego la mafia que por décadas perjudicó a los clubes con cientos de millones de dólares en el manejo de dichos derechos.
Nada menos que ocho clubes del Uruguay, más el sindicato de jugadores y hasta el expresidente de la Conmebol Eugenio Figueredo (ante un juez uruguayo) acusaron a Gorka Villar como el cerebro del “esquema de extorsión” a favor de las grandes empresas de marketing.
Además Villar fue antes director jurídico de la Conmebol (2011-2014), en las administraciones de Nicolás Leoz y Eugenio Figueredo (ambos detenidos por corrupción), y en 2014 fue nombrado director general por Juan Ángel Napout (otro procesado por corrupción), por lo que, en teoría, debe estar al tanto de todos los negociados.
A cuerpo de rey
Pero, lejos de pedir su investigación, Domínguez lo mantuvo a Gorka Villar como director general con sueldo de US$ 44.000, alquiler de mansión por US$ 6.000 al mes, desayunos, almuerzos y cenas en hotel 5 estrellas y vehículos del año con chofer todo pago por la Conmebol. Una vez que Villar se sirvió todo de la Conmebol, renunció (08/2016) y volvió junto a su padre.
mvelazquez@abc.com.py