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El escenario elegido es uno de los mayores mitos de la historia futbolera argentina: el estadio La Bombonera. La cancha tiembla cuando millares saltan y gritan en forma atronadora. Pero hasta hora la clasificatoria sudamericana ha sido un viacrucis para la Albiceleste.
Los peruanos están cuartos en la tabla y, por ahora, ganan un pasaje directo. Argentina, en quinto lugar, tiene los mismos puntos (24) y diferencia de gol (+1), pero en goles a favor Perú la supera con creces (26 a 16), cuando faltan solo dos fechas.
Si Argentina gana hoy se asegurará terminar las eliminatorias, al menos, en la zona de repesca ante Nueva Zelanda. En cambio, si pierde ya no dependerá de sí misma para clasificación directa. Perú sellará su pasaje para Rusia si vence a la Albiceleste y volverá a jugar una Copa del Mundo después de 35 años.
El estadio podría ser un arma de doble filo. Los hinchas argentinos ya no toleran a un equipo sin alma, frágil en defensa y apático en ataque. La presión puede ser al revés. “Me da igual que hayan modificado la cancha, la presión puede jugarles en contra si las cosas no les salen bien al principio”, dijo el volante peruano Wilder Cartagena.
En 1969, un extraordinario equipo peruano que lideraba en la cancha Teófilo Cubillas dejó a Argentina afuera del Mundial de México 1970 con un empate 2-2. Y fue en La Bombonera.
El último partido ante la débil Venezuela (1-1) dejó perplejos a los argentinos. “Fue un espanto ver todo eso”, admitió el veterano entrenador César Luis Menotti. “Algo en nosotros no anda bien” , dijo el seleccionador que en 1978 llevó a Argentina a obtener de local su primer Mundial. ¿Podrán superar Messi y compañía el trauma de las finales perdidas en el Mundial de Brasil 2014 y en las Copas América 2015 y 2016?