Cuando reparar es lo mismo que arruinar

Las soluciones improvisadas a problemas graves dan a veces como resultados problemas igual de graves, si no peores. Un lector señala como ejemplo el mal estado de las calles, que se destruyen con las lluvias, y no se reparan bien.

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Rodrigo Salinas remitió una crónica ciudadana quejándose del mal estado de la capa asfáltica en la intersección de las calles Pizarro y Abdón Palacios, en Asunción.

El lector afirma que con las lluvias, el pavimento queda muy deteriorado y los funcionarios de la Municipalidad capitalina que realizan las tareas de reparación dejan “montículos” de asfalto que en sí mismos suponen otro riesgo para los vehículos, hasta el punto que incluso los ómnibus se ven obligados a pasar con extremo cuidado.

“Es simple cuestión de tiempo hasta que haya algún accidente que lamentar”, advierte.

Caminera “ejemplar”

La lectora Ana Romero fotografió la evidencia de que hay funcionarios de la Policía Caminera, reguladora del tráfico rutero en Paraguay, que no respetan las normas.

La imagen muestra un móvil de la institución mal estacionado en la esquina de las calles Francisco López y Dr. Paiva, en el barrio Sajonia de Asunción.

Playas abusadoras

No son pocas las quejas contra las playas de venta de automóviles, como la que envió Carlos Darío Rivet.

Un vicio común de los propietarios es ubicar sus vehículos en venta en las veredas, lo que ciertamente les da visibilidad, pero entorpece el tránsito de los peatones, que a veces deben saltar al asfalto para rodearlos y pasar.

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