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LONDRES (AFP). Esta autorización se refiere a la utilización del método Crispr-Cas9, que permite centrarse en los genes defectuosos para neutralizarlos de manera más precisa.
Se trata de una de las primeras autorizaciones en el mundo para la manipulación de embriones humanos.
“Nuestro comité ha aprobado la solicitud de la doctora Kathy Niakan, del Francis Crick Institute (de Londres), para renovar su licencia de investigación en laboratorio, añadiendo la posibilidad de edición (manipulación) genética de embriones”, indicó la HFEA en un comunicado.
La solicitud fue presentada el mes de setiembre para estudiar los genes que intervienen en el desarrollo de células que van a formar la placenta. El objetivo es intentar determinar por qué ciertas mujeres sufren abortos espontáneos.
“Ello no solamente permitirá a Kathy Niakan proseguir sus investigaciones sobre el desarrollo precoz del embrión, sino también analizar el rol de genes específicos mediante la utilización del método Crispr-Cas9”, comentó el profesor Robin Lovell-Badge del Francis Crick Institute.
“Comprender el desarrollo del embrión podría ayudarnos a comprender las causas de la infertilidad, de los abortos espontáneos y de ciertas enfermedades genéticas”, aseguró por su parte Alastair Kent, director de Genetic Alliance UK.
La modificación genética de embriones para tratamiento está prohibida en Reino Unido. En cambio, fue autorizada desde 2009 para la investigación, bajo condición –entre otras– de que los embriones sean destruidos al cabo de dos semanas como máximo.
Sin prohibición
Pero es la primera vez que una autorización formal para manipular genéticamente embriones ha sido dada de forma oficial, al menos en un país occidental. Sin embargo en algunos países, esta práctica no está formalmente prohibida y no requiere necesariamente de una solicitud de autorización.
Por otro lado la HFEA confirmó ayer que se prohibiría utilizar los embriones para trasplantarlos a mujeres.
“Es una decisión alentadora que muestra que el buen uso de la ciencia y una vigilancia ética eficaz pueden ir de par”, reaccionó Sarah Chan, doctora de la Universidad de Edimburgo.
En abril pasado, investigadores chinos habían anunciado que consiguieron modificar un gen defectuoso de varios embriones, responsable de una enfermedad de la sangre potencialmente letal. Ello generó una controversia sobre las consecuencias éticas de este tipo de prácticas.
Los propios científicos chinos indicaron haber tenido “grandes dificultades” y afirmaron que sus investigaciones “demostraban la urgente necesidad de mejorar esta técnica para aplicaciones médicas”.
El Reino Unido se convirtió el año pasado en el primer país en autorizar la concepción de bebés a partir de tres ADN diferentes, para evitar la transmisión de enfermedades graves.
Quienes se opusieron a esta decisión alegaron que iba demasiado lejos en materia de modificación genética, y que abría la caja de Pandora de la selección de bebés.