Una nueva era musical

La era digital trajo consigo un cambio de paradigmas en distintos ámbitos y uno de los sectores afectados es el musical. Su impacto, tanto positivo como negativo, y otras afirmaciones, serán llevadas a la reflexión en la serie “Una nueva era musical”, donde productores y músicos dan sus visiones desde las experiencias de cada generación. Willy Suchar protagoniza esta primera nota.

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El productor discográfico y músico Willy Suchar nos recibió en la sede de Kamikaze Records, sello que fundó en 1999. Entre las consolas y los monitores del estudio de grabación reflexionó sobre la transición que hubo en la industria musical, y que se sigue dando a causa de los grandes avances tecnológicos.

Al decir de Suchar, estos avances obviamente nos afectan “en muchos aspectos de nuestras vidas”. Específicamente en el caso de la industria de la música, cuando la tecnología empezó a servir para que la gente subiera sus canciones sin necesitar de un sello como intermediario, eso significó “una crisis muy fuerte”.

Lo que les afectó, dijo, fue “específicamente el cambio de modelo de comercialización”. “La industria de la música, o las compañías discográficas, en este caso, siempre tuvieron una forma, un manual de procedimientos hasta hace muy poco, que era la venta del soporte físico. Eso cambió radicalmente”, afirmó.

Otra parte importante que desestabilizó la industria musical, dijo, fue la piratería física “ya desde la invención del casete y después con los CD”. Ese “gran golpazo duro de superar” fue “hace unos ocho a diez años atrás, cuando pronosticaban la muerte de la industria discográfica como se la conocía”, rememoró.

“El avance de la tecnología hizo también que grabar algo fuera más accesible, eso generó el impulso de grandes plataformas y grandes monstruos de internet con un discurso muy simple: no hace falta pasar por una disquera para que se te conozca”. Suchar calificó ese pensamiento como “bárbaro” en el sentido negativo, pues “eso hizo que esos grandes monstruos de internet se llenaran de plata con el trabajo gratis ajeno”.

Así la industria tuvo “una crisis muy fuerte en ventas y los dividendos se fueron disminuyendo”, recordó. Pero gracias a Apple y el invento del iPod, dijo, se logró “consensuar con las grandes compañías” para que “tener música legal sea económico”. “Hoy tenemos a las plataformas más populares y ni vale la pena molestarse en piratear un fonograma, y creo que eso hizo bien en el pensamiento de las personas”, evaluó.

No obstante esa facilidad trae consigo diversas cuestiones más profundas. Willy puso como ejemplo que una súper producción discográfica de Marc Anthony “es muchísimo más cara de lo que se podría emplear para producir a un artista nuevo”, y por el otro lado está “un artista nuevo que grabó en su casa”. Al final, en las plataformas ambos discos costarían igual. “Obviamente que el éxito y el impacto de ese artista no tendrá tanta visibilidad. He ahí la importancia de las compañías discográficas, que nos hemos adaptado a eso”, adujo.

En una era cada vez más tecnológica, declaró que en la música “la competencia hoy es feroz” pues “se suben miles de canciones por día, por segundo, en el mundo”. En cuanto a los valores, Suchar considera que “se paga muy poco”, y en cuanto al disco físico, contó que según estadísticas “cada año se venden menos, salvo en algunos países que todavía tienen mercados interesantes”. En cuanto al resurgimiento del vinilo expresó que es “notable” y que “de todas maneras sigue siendo un nicho por el aprecio de un objeto”.

Sin dudas para él las plataformas digitales son un beneficio porque la música se puede escuchar inmediatamente en todos lados. Específicamente desde Kamikaze, reconoció que le compran música y escuchan sus producciones “de todos lados”. “Antes para que me escuchen en Brasil tenía que hacer una exportación, conseguir una compañía discográfica, que quieran mis licencias, reeditar las tapas, todo un lío. Hoy me escuchan en Brasil desde un teléfono”, señaló.

Toda esta oleada tecnológica hizo también que él se reformule “ciertas filosofías o ideologías que tenía para que el negocio prospere”. Antes, reconoció, se “enojaba cuando alguien venía con un tema en inglés” pero ahora, ejemplificó, produjo el disco “Mixed Emotions” de Blue Noise, un trío paraguayo que canta enteramente en inglés. “Ahora yo puedo producir un disco desde Paraguay y que tenga receptividad en un país anglo”, expresó. Sin embargo, admitió que sigue “creyendo en nuestra música y en nuestra identidad”.

La música, aseguró, “es uno de los pocos negocios en el mundo donde uno no tiene la certeza de nada. Ante esa posibilidad seguimos produciendo y posiblemente estemos más cerca del fracaso que del suceso”.

Negocio “360”

El negocio, dijo Suchar, hoy día se volvió “más 360”, ya que un sello discográfico “tiene más incidencia sobre la carrera de los artistas, desde manejarlo en todos los aspectos: shows, imágenes, prensa, difusión; es un todo”, aseguró. Antes, dijo, el artista “hacía lo que quería” y el sello solo vendía los discos. Igual, tienen ganas “de seguir atendiendo a ese mercado”, expresó acerca del nicho de personas que todavía disfrutan del formato físico. No obstante comentó que los costos donde su sello fabricaba discos, en Argentina, “se movieron mucho” debido a la “turbulencia con sus dólares”, pero que ahora eso se estabilizó.

Lo que hasta ahora las plataformas no pueden igualar, planteó, es que en el formato físico está toda la información sobre la producción de un álbum. “Yo escucho un disco y quiero saber quién produjo, quién tocó, quién fue el baterista, etc. También es un reclamo que la industria está procurando con las plataformas para que se agregue esa información”, reconoció.

A pesar de la serie de cambios que se vinieron dando desde la aparición de las plataformas, Suchar puntualizó que “los número de la industria de la música son lindos, son buenos, entusiasman y estimulan”, pero llegar a esa estabilidad “costó muchísimo”. De igual forma reconoció que “la queja” sigue siendo que las plataformas “pagan poco”, aunque, asumió, “eso siempre es mejor que antes cuando se pirateaba y nadie cobraba nada y nos estaban haciendo un agujero mundial”.

Fuentes de ingreso

Con alegría y optimismo, Suchar apuntó que las fuentes de ingreso hoy en Paraguay “por suerte son varias” gracias a que se formalizaron los derechos de autor, y las instituciones como APA, SGP y AIE, “están funcionando bien”. “Podemos tener mucha fama y que nos reconozcan en la calle pero nos vamos a caer si no tenemos dinero”, expuso.

Desde su punto de vista “¿qué más sería hermoso que un creador tenga la solvencia económica y financiera para seguir creando?”, además, indicó que si a los músicos les va bien, se contratan “a más personas” porque “es un gran círculo que la industria del entretenimiento mueve para seguir creciendo y seguir desarrollándose”.

Willy consideró también que una parte esencial, que son los medios de comunicación, “han entendido lo que somos y lo que hay”. “Antes era difícil meter un tema en una radio, hoy no hay problema, estamos en rotación en muchas emisoras de diferentes perfiles”, observó.

El disco: un formato

Toda esta nueva era ha traído también, sin dudas, nuevos planteamientos conceptuales. Definitivamente estamos en el tiempo de los “playlists que uno va formando”, declaró Suchar. Estas listas aglutinan un sencillo de diferentes artistas, ya sea por género, por época, o según otras consideraciones.

Sin embargo, “en las plataformas podés encontrar trabajos con el concepto de álbum, con un trabajo que comienza y termina con 8 a 10 canciones, y ese álbum tiene un perfil, una línea lírica, musical, de sonido, de producción”, donde el artista desarrolló “una visión y un concepto”. O sea, “no son canciones sueltas”. Pero ante el cambio de paradigma musical “la industria del single es tan importante o más que tener un álbum conceptual”.

Evidentemente los álbumes subidos a la plataforma pero que no existen en formato físico no son “discos”, literalmente, porque no están en dicho “soporte que contiene en forma física los fonogramas”. Pero, al decir de Suchar, es solo “el soporte” y “mañana no sabemos si lo vamos a escuchar a través de un anteojo o de una taza de café”.

“Lo que sí sabemos es que el mundo no va a existir sin música. Cuando tuvimos esos tiempos turbulentos ¿a qué nos aferrábamos? A que la música se iba a seguir haciendo. Va a seguir habiendo música, van a seguir habiendo artistas, las canciones son las que nos movilizan, encontrar una buena canción, llevarla adelante, mostrarle a la gente. Y siempre habrá personas que necesitan escuchar música”, reflexionó.

“Hay muchas buenas noticias en la industria, está más peleado, está más difícil de juntar recaudaciones más importantes, pero de cómo veníamos a cómo estamos hoy, honestamente yo estoy muy contento”, concluyó.

victoria.martinez@abc.com.py

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