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Un público que ocupó media sala acudió a la cita sesentera.
El grupo comenzó a las 22:20 con “Break on Through”. El cantante Jason Tosta se caracteriza por un timbre ronco muy similar al de Jim Morrison. El grupo interpretó temas como “Love Me Two Times”, “Alabama Song”, “Five to One”, “Spanish Caravan”, “Love Street”, “Riders on the Storm” (con el sonido de la lluvia pregrabado) y otros.
Al concierto le faltó clima, onda. No había un despliegue de luces interesantes ni una pantalla de imágenes psicodélicas. Tampoco había esas pausas y esos largos solos instrumentales característicos de The Doors; solo un desfile de las canciones principales del grupo, encaradas de una manera muy superficial, en lo general (solo en “When the Music Over” tocó fibra).
Las bandas que se especializan en el repertorio de un artista determinado deberían extraer el zumo de su belleza y no quedarse con la pantomima, con la fotocopia sin alma.
El rock ya tiene una historia tal que vale la pena que algún artista o grupo se tome la tarea de hacer la integral de la obra de un autor como en el mundo del clásico. Pero la mayoría de los grupos tributo son operaciones cazaníqueles que se aprovechan de la inocencia de los fans menos exigentes. Así, los grupos de cover no hacen nada bien a la industria musical, son solo un entretenimiento más de la larga lista de productos pasatistas. En nuestro medio, los grupos copiadores han hecho mucho mal a la producción local y actualmente abundan. Solo sirven para pasar el rato. Es cierto, tiene que haber este tipo de grupo, pero no en una gran cantidad. Así, se convierte en una plaga.
sferreira@abc.com.py