Palito exhala su último aliento

Uno de los personajes más activos y también más polémicos del ambiente musical, el saxofonista Palito Miranda, falleció ayer a la mañana. Había ingresado nuevamente al hospital central del Instituto de Previsión Social luego de la operación de prótesis de cadera que se había hecho en octubre pasado. La salud de Miranda se complicó, primeramente con un grave cuadro respiratorio y ayer falleció de un paro cardíaco.

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Ángel Willian Miranda estaba trabajando en una obra dedicada a José Asunción Flores. En los últimos años, prácticamente había dejado de tocar como solista y se dedicaba a la dirección de orquestas, principalmente con los jóvenes del Conservatorio Nacional de Música. También se había sumado al staff de profesores de Sonidos de la Tierra. El contacto con los jóvenes lo revitalizaba y también aprendía de ellos, según había manifestado a ABC.

El año pasado fue muy fructífero para Miranda. En 2011 lanzó tres discos y en mayo último presentó el CD “Ñane retã Paraguay”, que incluye el poema sinfónico del mismo nombre, el cual es un resumen musical de la historia del Paraguay desde la época precolombina. La obra fue estrenada por la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción en marzo pasado.

Estaba volcado en la búsqueda de una revitalización de la música paraguaya, interpretando nuevos arreglos de composiciones tradicionales, así como creando nuevas obras.

Miranda se inició en la música en la década del 50 en su Carapeguá natal. Luego vino a Asunción e integró la orquesta de Tide Smith y otras agrupaciones de la época como la Habana Jazz y Los Jockers. En los sesenta partió al Brasil, donde se integró a la agrupación Biriba Boys.

Regresó al país a comienzos de los años noventa, sumándose a la escena jazzística de la época y tocando en centros nocturnos. En 1996 lanzó el CD “Polca blues”, con composiciones propias y de otros autores paraguayos, tanto contemporáneos como tradicionales. De esta manera, el CD incluía desde “Un poco de Río”, de Rolando Chaparro, a “Che trompo arasa”, de Herminio Giménez. Fue el primer CD de jazz que se lanzó en nuestro país.

Palito fue impulsor de festivales de jazz, primeramente el Belco Jazz Lager y luego el Festival del Centro Cultural Paraguayo Americano, que sigue hasta hoy, bajo la coordinación artística de Beto Barsotti.

El saxofonista se caracterizaba por su carácter polémico, sin callarse nada. Pero también estaba muy interesado en la formación de nuevos músicos. De esta manera, trabajó en el Conservatorio “Agustín Barrios”, del Instituto Municipal de Arte, en el Conservatorio Nacional y en los últimos años en Sonidos de la Tierra. Durante unos años enseñó también en el Conservatorio Estadual de Tatui, São Paulo, estableciendo un vínculo con el Conservatorio Nacional.

Sus restos son velados en Autores Paraguayos Asociados (APA). El sepelio se realizará esta tarde, a las 16:00, en el Cementerio del Este.

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