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Este es un clásico que no ha perdido su frescura y su originalidad con el paso del tiempo. Muy por el contrario, sigue deleitando a las nuevas generaciones de lectores que aparecen en todo el planeta. La obra está hecha, precisamente, para el disfrute del público de todas las edades.
En 1872, Phileas Fogg, un rico caballero londinense obsesionado por la puntualidad y la exactitud, realiza una apuesta donde pone en juego la mitad de su fortuna. Acompañado por su pícaro mayordomo Passepartout (aquí traducido su apellido al español, Picaporte, Juan Picaporte), se va de Londres para dar comienzo, merced a dicha apuesta, a una increíble carrera contrarreloj: dispone de 80 días para dar una vuelta al mundo fuere por aire, por mar o por tierra. Este es el núcleo de este libro fantástico que presenta la Colección Clásicos Universales, en una edición que contiene todos los ingredientes que le puso Verne y el suspenso que se mantiene hasta la última línea.
Fogg, acompañado de su mayordomo y de otros protagonistas que va encontrado en su periplo, recorre buena parte de la geografía del planeta utilizando distintos medios. En todas partes vive peripecias increíbles y, para más, un no muy astuto detective inglés lo persigue obsesivamente por creerlo un delincuente que huye con un dinero robado.
El autor de esta novela desopilante, el francés Julio Verne (Nantes, 1828-Amiens, 1905), es considerado el fundador de la moderna literatura de ciencia ficción, aunque “La vuelta al mundo en 80 días” no corresponda a ese género, precisamente.
Pero en muchas de sus demás obras, Verne predijo con gran precisión la aparición de algunos de los productos generados por el avance tecnológico del siglo XX, como la televisión, los helicópteros, los submarinos o las naves espaciales.
Sus inicios literarios fueron difíciles, sus piezas de teatro no tuvieron una divulgación importante, y recurrió a la docencia para sobrevivir. Desde 1852 hasta 1854 trabajó como secretario de E. Seveste, en el Théâtre Lyrique, y publicó algunos relatos en Le musée des familles, como “Martín Paz” (1852). En 1857 se convirtió en agente de Bolsa y empezó a viajar; visitó Inglaterra, Escocia, Noruega y Escandinavia, y continuó sus escritos.
En 1862, el editor Hetzel le publicó “Cinco semanas en globo”, obra que lo lanzó al éxito.