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Fallecido ayer a los 92 años, este francés era no solo la memoria fílmica, sino también la memoria viva del combate contra el nazismo y la monstruosidad del Holocausto. Una película “sobre la radicalidad de la muerte y del exterminio”, afirmó Lanzmann al presentar el documental en Madrid en 2003. "Al hacerla, no me interesé por los campos de concentración, sino por los de exterminio, donde no se planteaba la supervivencia. Tuve que construir la película a partir de la nada, porque no hay huellas de aquello; el exterminio era eso: un gran secreto”, explicó.
Nacido el 27 de noviembre de 1925 en Bois-Colombes, en la región parisina, era hijo de emigrantes judíos de la Europa del Este y fue miembro de la resistencia en la Francia ocupada por los nazis, en las filas de las Juventudes Comunistas.
Dedicó toda su vida a la creación artística. En 1952 entró como colaborador en la revista Les Temps Modernes, fundada por los filósofos Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir. En 1974 realizó su primera película documental.